Oración a la Preciosísima Sangre de Cristo por un Sacerdote - Alberto Oraciones

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jueves, 19 de junio de 2025

Oración a la Preciosísima Sangre de Cristo por un Sacerdote

 

Oración a la Preciosísima Sangre de Cristo por un Sacerdote

¡Oh, Santísima y Preciosísima Sangre de Jesucristo, don inefable de tu amor redentor, que brotaste del Corazón traspasado de nuestro Salvador! Con humilde fe y profundo respeto, me postro ante Ti para rogar por [menciona el nombre del sacerdote, si lo deseas, o simplemente "nuestros sacerdotes" o "este sacerdote"].

Señor Jesús, Pastor Eterno de nuestras almas, Tú que elegiste a este siervo tuyo para ser dispensador de tus Misterios, te pido que lo cubras y lo preserves con tu Preciosísima Sangre en cada momento de su ministerio. Reconozco la grandeza y la fragilidad de su vocación, y por ello imploro tu protección divina.

Por la Sangre que brotó de tu Sagrada Circuncisión, te pido que purifiques su corazón de toda imperfección, de toda tibieza, de todo egoísmo y de toda tentación. Que tu Sangre lave sus pensamientos, sus deseos y sus intenciones, para que siempre busque agradarte a Ti y servir fielmente a tu Iglesia.

¡Oh, Sangre de Jesús, que manaste de tu Sagrado Rostro en la flagelación y coronación de espinas! Líbralo de toda calumnia, de toda crítica injusta, de toda envidia, de todo desánimo y de toda persecución. Que tu Sangre sea su escudo contra los ataques del maligno que busca hacerlo caer, y contra las trampas del mundo que intentan desviarlo de su vocación. Vístelo de humildad, paciencia y fortaleza para llevar su cruz diaria con dignidad.

Por la Sangre que manó de tus manos y pies traspasados en la Cruz, te ruego que bendigas sus manos sacerdotales al celebrar los sacramentos, especialmente la Eucaristía. Que tu Sangre selle su predicación, para que la Palabra de Dios sea proclamada con fuego y verdad. Que cada paso que dé en su ministerio esté guiado por tu luz, y que sea preservado de todo peligro físico, moral o espiritual. Sella su cuerpo y su alma con tu Sangre Preciosa, impidiendo que la enfermedad, el desaliento o el pecado lo venzan.

¡Oh, Sangre y Agua que brotaste de tu Costado abierto, fuente de los sacramentos y de la vida de la Iglesia! Inunda su alma con tu gracia santificante, con tu paz y con la plenitud de tu Espíritu Santo. Que tu Sangre lo fortalezca en la prueba, lo consuele en la soledad y lo renueve en su celo apostólico. Que su sacerdocio sea un reflejo de tu amor misericordioso y un instrumento eficaz para la salvación de las almas.

Sello con la Preciosísima Sangre de Cristo su mente, para que tenga sabiduría divina al aconsejar y discernir. Sello su voluntad, para que sea siempre dócil a la tuya. Sello sus emociones, para que encuentre en Ti su alegría y su fuerza.

Sello con la Preciosísima Sangre de Cristo toda tentación, toda distracción, toda debilidad que pueda afectarlo. Que tu Sangre lo cubra y lo proteja en cada momento de su día y de su noche, en sus alegrías y en sus sufrimientos.

Confío plenamente en el poder de tu Sangre, oh Jesús. Consagro a este sacerdote a Ti, con la certeza de que tu amor y tu sacrificio lo guardarán fielmente en tu servicio. Que tu Sangre lo santifique, lo fortalezca y lo conduzca, junto con el rebaño que le has confiado, a la vida eterna.

Amén.

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