Oración al Espíritu Santo
¡Oh, Divino Espíritu Santo, Tercera Persona de la Santísima Trinidad, Fuente inagotable de luz, amor y vida! Con humildad y fervor, me postro ante Ti en este momento, implorando tu presencia santificadora y tu acción transformadora en mi corazón, mi mente y mi alma.
Tú que eres el Dulce Huésped del alma, el Consolador por excelencia, el Paráclito prometido por nuestro Señor Jesucristo. Reconozco que sin Ti, nada soy, nada puedo y nada vale. Eres el Aliento Divino que nos infunde la vida de la gracia, el Fuego que enciende nuestro amor por Dios y por el prójimo, y la Paloma que nos trae la paz y la concordia.
Ven, Espíritu Santo, Espíritu de Sabiduría, e ilumina mi mente para que pueda comprender los misterios de la fe, discernir la voluntad de Dios en mi vida y actuar con sensatez en todas mis decisiones. Disipa las tinieblas de la ignorancia, la duda y el error que puedan ofuscar mi entendimiento.
Ven, Espíritu Santo, Espíritu de Inteligencia, y abre mi corazón a la verdad divina. Que pueda profundizar en las Sagradas Escrituras, en las enseñanzas de la Iglesia y en el plan amoroso de Dios para la humanidad. Que no me quede en la superficie, sino que penetre en la esencia de lo divino.
Ven, Espíritu Santo, Espíritu de Consejo, y guía mis pasos por el camino recto. En los momentos de incertidumbre, cuando deba tomar decisiones difíciles, inspírame para elegir lo que más te agrada y lo que más conviene a mi salvación y a la de mis hermanos. Protégeme de la impulsividad y de las malas influencias.
Ven, Espíritu Santo, Espíritu de Fortaleza, e infunde valor en mi espíritu. Ante las pruebas, las tentaciones, las adversidades y los desafíos de la vida, dame la constancia y la perseverancia para no desfallecer. Concede el coraje para defender la fe, para vivir el Evangelio sin temor y para ser testigo de Cristo en el mundo.
Ven, Espíritu Santo, Espíritu de Ciencia, y ayúdame a ver la creación con tus ojos. Que reconozca la huella de Dios en cada criatura, en cada evento y en la armonía del universo. Que la ciencia me lleve a la admiración del Creador y no a la soberbia humana.
Ven, Espíritu Santo, Espíritu de Piedad, y enciende en mí un verdadero amor filial hacia Dios Padre y un profundo respeto por todas sus obras. Que mi relación contigo y con la Santísima Trinidad sea íntima y reverente, y que mi oración sea sincera y ferviente.
Ven, Espíritu Santo, Espíritu de Temor de Dios, no un temor servil, sino un temor reverencial. Que este don me impulse a evitar el pecado no por miedo al castigo, sino por amor a Ti y por no querer ofender tu infinita bondad. Que me ayude a mantenerme humilde y consciente de tu grandeza.
Te ruego, Divino Espíritu, que purifiques mi alma de toda mancha de pecado, que santifiques mis pensamientos y que fortalezcas mi voluntad para resistir el mal. Que tus frutos divinos —amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y templanza— crezcan y abunden en mi vida.
Sé Tú mi guía constante, mi Maestro interior, mi defensor en la lucha espiritual. Que tu fuego me consuma en el amor divino y me impulse a la evangelización.
Oh, Espíritu Santo, renueva mi ser, transforma mi corazón, y haz de mí un instrumento dócil en tus manos para la gloria de Dios Padre y la salvación de las almas.
Amén.
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