Oración a la Santísima Trinidad para Casos Muy Difíciles y Urgentes - Alberto Oraciones

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jueves, 19 de junio de 2025

Oración a la Santísima Trinidad para Casos Muy Difíciles y Urgentes


 

Oración a la Santísima Trinidad para Casos Muy Difíciles y Urgentes

¡Oh, Santísima Trinidad, Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Misterio inefable de Amor y Misericordia, en quien creo, en quien espero y a quien amo con todo mi ser! Con el corazón turbado por la angustia, pero lleno de una fe inquebrantable en vuestro poder infinito, me postro humildemente ante vuestra divina majestad en este momento de extrema dificultad y urgencia.

Dios Padre Omnipotente, Creador del cielo y de la tierra, que con vuestra infinita sabiduría ordenáis el universo y con vuestra providencia cuidáis de cada criatura, os ruego que volváis vuestros ojos misericordiosos hacia mi situación [menciona aquí tu problema específico, con la mayor claridad y fervor posibles: por ejemplo, "esta enfermedad terminal", "esta crisis financiera devastadora", "esta amenaza inminente para mi familia", "este proceso legal injusto y agotador", "la rebeldía de mi hijo/a que me consume", etc.]. Sé que para Vos nada es imposible, y que vuestro amor paternal es más grande que cualquier adversidad. Concededme la gracia de vuestro auxilio pronto y eficaz.

Dios Hijo, Jesucristo, Verbo Encarnado, Redentor del mundo y Justo Juez, que por vuestro infinito amor os hicisteis hombre, vivisteis nuestras penas, y por vuestra pasión, muerte y gloriosa resurrección nos abristeis las puertas de la vida eterna. Vos que en el Huerto de Getsemaní experimentasteis la angustia suprema y en la Cruz padecisteis el abandono, conocéis la profundidad de mi sufrimiento. Te ruego, por tus sacratísimas llagas y por la Preciosísima Sangre que derramaste por nosotros, que intercedas ante el Padre. Derrama tu poder sanador, liberador y protector sobre esta situación que me oprime. Desata los nudos que me atan, rompe las cadenas de la desesperación y abre los caminos donde hoy solo veo cierres y oscuridad. Que tu luz ilumine mi mente y mi espíritu para ver la salida, y que tu fuerza me sostenga para no desfallecer.

Espíritu Santo, Consolador Divino, Luz de las Almas y Fuego de Amor, Tú que procedes del Padre y del Hijo, y eres la Bondad personificada. Venid a mi corazón en este momento de confusión y tribulación. Infundid en mí vuestros dones: el don de Sabiduría para comprender vuestra voluntad, el don de Inteligencia para penetrar en vuestros designios, el don de Consejo para tomar las decisiones correctas, y el don de Fortaleza para soportar esta prueba con paciencia y esperanza. Que vuestro aliento de vida disipe todo temor, toda ansiedad y toda desesperación. Que vuestra presencia me inunde de paz, de confianza y de la certeza de que no estoy solo.

Oh, Santísima Trinidad, en vuestra unidad perfecta, os entrego este caso que parece imposible, esta urgencia que no me deja dormir, esta situación que me abruma. Pongo mi vida y la de mis seres queridos bajo vuestra divina protección. Si es vuestra santa voluntad, haced que este nudo se deshaga, que esta dificultad se resuelva y que esta urgencia encuentre su solución en vuestro tiempo perfecto. Si debo seguir perseverando en la prueba, concededme la gracia de hacerlo con abandono total a vuestra Providencia, sabiendo que todo obra para el bien de quienes os aman.

Que vuestra gloria se manifieste en esta situación, y que yo pueda, por vuestra bondad infinita, dar testimonio de vuestro poder y de vuestro amor. Que vuestro Nombre sea alabado y glorificado por los siglos de los siglos.

Amén.

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