Oración a la Virgen María por quienes sufren pobreza y necesidad - Alberto Oraciones

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miércoles, 28 de mayo de 2025

Oración a la Virgen María por quienes sufren pobreza y necesidad

 



Oración a la Virgen María por quienes sufren pobreza y necesidad

Oh Santísima Virgen María, Madre del Amor y de la Misericordia, me acerco a ti con humildad y confianza para suplicarte por todos tus hijos que viven en la pobreza, en la carencia y en la necesidad. Tú, que conociste la sencillez de la vida en Nazaret, que diste a luz a tu Hijo en un humilde pesebre, y que caminaste por los senderos de la vida confiando plenamente en la Providencia de Dios, comprendes el dolor y las luchas de los más pobres entre nosotros.

Virgen compasiva, mira con ternura a quienes no tienen un techo donde descansar, a quienes carecen de lo necesario para alimentarse, a los que no encuentran trabajo, a los niños que viven sin acceso a educación ni cuidado, a las familias que día tras día buscan sobrevivir en medio del abandono y la indiferencia. Tú, que eres Madre de todos, no dejes de proteger con tu manto a los desamparados y a los olvidados del mundo.

Te pido por los que han perdido todo a causa de la guerra, el desastre natural, la violencia o la injusticia. Por quienes han sido desplazados de sus hogares, por los migrantes que buscan un futuro mejor, por los ancianos que no tienen quien los cuide, por las madres que lloran por no poder alimentar a sus hijos. Mira, Madre querida, sus sufrimientos con compasión y ruega a tu Hijo Jesús que les conceda consuelo, dignidad, pan y esperanza.

Oh María, Madre de la Divina Providencia, te ruego que intercedas ante Dios Padre para que mueva el corazón de los poderosos, de los gobernantes, de los que tienen riquezas y medios, para que compartan con generosidad y justicia lo que han recibido. Que no haya corazones endurecidos ante el clamor de los pobres, ni oídos sordos ante su grito. Enséñanos, Madre, a vivir la caridad verdadera, no como limosna pasajera, sino como un compromiso cristiano con la dignidad del hermano.



Te ruego también por los que ayudan a los pobres con amor y entrega: por los misioneros, los voluntarios, los sacerdotes, las religiosas, y por todos los hombres y mujeres que dedican su tiempo y esfuerzo al servicio de los más necesitados. Dales fortaleza, generosidad, y fe para continuar su labor sin desfallecer, aun cuando el camino se vuelve duro y los frutos parecen lejanos.

Oh Virgen María, tú que llevaste en tu vientre al Redentor del mundo, haz que cada pobre pueda sentir que no está solo, que su dolor no es en vano, que su vida tiene un valor infinito ante los ojos de Dios. Enséñales a confiar en la bondad del Señor, a no rendirse, a levantar su mirada al cielo y esperar con fe la llegada de días mejores. Acompáñalos en su camino, como lo hiciste con Jesús, y sosténlos con tu amor maternal.

Ayúdanos a todos, Madre Santa, a ser sensibles al sufrimiento de nuestros hermanos. Que no vivamos encerrados en nuestro bienestar, indiferentes al clamor de los que no tienen. Despierta en nuestros corazones la compasión, la solidaridad, la justicia. Haznos instrumentos de paz y esperanza, sembradores de amor en medio de un mundo herido por la desigualdad.

Madre del Pueblo, Reina de los humildes, ruega por los que no tienen voz, por los que viven en la oscuridad del olvido, por los que anhelan una vida digna. Acógelos en tu Corazón Inmaculado y llévalos siempre a los brazos del Padre que todo lo puede. Que por tu intercesión poderosa, el Reino de Dios se manifieste en esta tierra, y que cada ser humano, sin importar su condición, viva como hijo amado del Altísimo.

Amén.

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