Oración a la Virgen María por las Madres del Mundo
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, hoy me postro ante tu presencia con el corazón lleno de gratitud, admiración y esperanza, para elevar una ferviente súplica por todas las madres del mundo. Tú, que fuiste elegida por el Padre para ser la Madre del Salvador, conoces mejor que nadie la grandeza, la entrega y también las fatigas que conlleva la vocación de ser madre. Por eso, a ti acudimos, confiando en tu amor maternal y en tu poderosa intercesión.
Te ruego, Santa Madre, por las madres que hoy se levantan cada mañana con esfuerzo y sacrificio para sacar adelante a sus hijos. Por aquellas que, muchas veces en silencio, luchan por educar, proteger y alimentar a su familia, aun cuando el camino es difícil y las fuerzas se agotan. Sosténlas con tu ternura, fortalécelas con tu ejemplo de fidelidad y ayúdalas a perseverar cada día con alegría y confianza en Dios.
Te pido por las madres jóvenes que comienzan su maternidad con ilusión, pero también con temor e incertidumbre. Ilumina sus decisiones, consuela sus angustias y rodéalas de personas que las apoyen en esta hermosa misión de criar a un hijo. Acompáñalas, Madre querida, como acompañaste a Isabel en sus días de espera, y enséñales a poner toda su confianza en la providencia divina.
A ti te encomiendo también a las madres solas, abandonadas o rechazadas. Aquellas que han sido dejadas por sus esposos, que enfrentan el dolor de la soledad mientras crían a sus hijos con valentía. Que no se sientan nunca desamparadas, porque tú, María, estás con ellas como la mejor de las compañeras. Dales tu fuerza, tu consuelo y tu luz para no rendirse nunca.
Oh Madre del Amor Hermoso, bendice a las madres que han perdido a sus hijos. Tú, que tuviste a Jesús muerto en tus brazos, entiendes el desgarrador dolor de aquellas que lloran por un hijo ausente, por un hijo enfermo, por un hijo que ha partido de este mundo. Consuela sus corazones, seca sus lágrimas y recuérdales que sus hijos viven ahora en el corazón de Dios.
Te suplico por las madres que están enfermas, por aquellas que sufren en cuerpo o alma, y por aquellas que no reciben el amor y la gratitud que merecen. Que tu presencia las renueve, las sane y las abrace con el cariño que sólo una Madre celestial puede dar. No permitas que se sientan olvidadas o despreciadas, porque su entrega es sagrada y su amor es reflejo del amor divino.
María Santísima, intercede ante tu Hijo por todas las madres del mundo. Por las madres que oran, que sirven, que esperan, que luchan, que enseñan, que corrigen, que abrazan, que perdonan. Por las madres de todas las edades, de todos los pueblos, de todas las culturas. Que todas encuentren en ti su modelo, su inspiración y su esperanza.
Ayúdanos también a nosotros, sus hijos, a valorarlas, a cuidarlas, a respetarlas y a amarlas con sincero corazón. Que nunca nos falten palabras de gratitud, gestos de cariño y oraciones constantes por quienes nos dieron la vida y nos acompañan con su amor incondicional. Que aprendamos de ti a honrar a nuestras madres como Jesús honró y amó a la tuya.
Oh Reina de las Madres, cubre con tu manto protector a cada mujer que ha recibido el don de la maternidad. Que ninguna se sienta sola, que ninguna pierda la fe, que ninguna deje de amar. Que el Espíritu Santo las guíe, y que tú, Madre de todos, las conduzcas siempre por el camino que lleva al cielo.
Amén.
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