Oración a la Virgen María por nuestros enemigos y quienes nos han herido
Santísima Virgen María, Madre de amor infinito y ejemplo perfecto de misericordia, hoy venimos a ti con el corazón humilde y abierto, conscientes de las heridas que a veces cargamos dentro y de las personas que, con sus actos, nos han causado dolor. Tú que eres Madre de todos, sin excepción, te pedimos que intercedas por nosotros para que en nuestro interior reine siempre el perdón verdadero y la misericordia que nace del amor de Dios.
Madre amorosa, sabemos que el perdón no es fácil, que muchas veces el orgullo, el dolor y la tristeza nos impiden liberar el corazón y dejar ir el rencor que nos consume. Sin embargo, tú, que enseñaste con tu vida a amar hasta al enemigo, nos muestras el camino para vivir en paz y reconciliación. Te suplicamos que nos ayudes a imitarte, a abrir nuestros brazos y nuestro corazón para perdonar sinceramente a quienes nos han herido, a quienes nos han ofendido, a quienes quizá no entienden el daño que causan.
Virgen de la ternura, pon en nuestro corazón la fuerza del amor y la humildad para dejar atrás el resentimiento que tanto lastima. Que podamos ver en cada persona, incluso en aquellos que nos dañaron, la imagen de Dios creada para el bien, y que el Espíritu Santo nos guíe para responder con bondad y compasión, sin caer en la amargura ni en la venganza. Que el perdón sea semilla que dé fruto en nuestra vida, transformando el dolor en paz y liberación.
María, Madre de la Misericordia, te pedimos que intercedas ante tu Hijo Jesús para que sane las heridas profundas que a veces nos impiden perdonar. Que Él toque nuestro corazón con su gracia, para que podamos reconocer que todos somos pecadores y que necesitamos de su amor redentor. Que el ejemplo de Cristo, que en la cruz pidió perdón por sus verdugos, nos inspire a ser verdaderos seguidores suyos, portadores de reconciliación y paz.
Madre de la esperanza, acompaña a quienes viven presos del rencor y la ira, a quienes no encuentran consuelo ni paz porque no saben cómo perdonar. Que tu presencia maternal sea para ellos luz en la oscuridad y fuerza para dar el paso valiente hacia el perdón. Enséñales a dejar el peso del odio a los pies de tu Hijo, para que Él lo transforme en amor y libertad.
Virgen pura, danos la gracia de no cerrar el corazón al amor, de no caer en la tentación de devolver mal por mal, sino de ser testigos de la misericordia divina. Que nuestro perdón sea reflejo de la compasión que Dios tiene por nosotros, y que podamos construir relaciones sanas, llenas de respeto, comprensión y caridad.
María, Madre de la paz, te pedimos que protejas nuestras familias, nuestras comunidades y nuestro mundo de la división causada por el odio y la falta de perdón. Que tu manto maternal cubra a todos los que sufren por conflictos, rencores y heridas emocionales. Que, bajo tu protección, reine la reconciliación y el amor verdadero, que une y sana.
Gracias, Virgen María, porque en ti encontramos un refugio seguro y un ejemplo de amor incondicional. Confíamos en tu poderosa intercesión para que podamos perdonar de corazón, vivir en paz y extender la misericordia a todos, incluso a quienes nos han hecho daño.
Madre Santísima, que tu amor maternal nos transforme y nos llene de la gracia que sólo el perdón puede dar. Que aprendamos de ti a amar sin condiciones, a perdonar sin límites y a vivir siempre en la paz que sólo Dios puede conceder.
Amén.
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