Oración a la Virgen María por las almas del purgatorio - Alberto Oraciones

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jueves, 29 de mayo de 2025

Oración a la Virgen María por las almas del purgatorio

 


Oración a la Virgen María por las almas del purgatorio, especialmente las más olvidadas

Santísima Virgen María, Madre de misericordia y Reina de los cielos, hoy nos acercamos a ti con humildad y fe, en nombre de todas las almas que purifican su paso hacia la luz eterna, especialmente por aquellas que han sido olvidadas, ignoradas y olvidadas en el silencio de este mundo. Tú que eres la Madre de toda la humanidad, te pedimos que las tomes bajo tu maternal protección y las conduzcas pronto al descanso eterno, junto a tu Hijo Jesús.

Oh Madre amorosa, conoces el sufrimiento de las almas del purgatorio, que padecen en justicia y esperanza su purificación para alcanzar la gloria del cielo. Sabemos que el amor de Dios es infinito y que su misericordia no tiene límites, pero también reconocemos que muchas de estas almas sufren en soledad, sin oración ni recuerdo, sin la caridad de sus hermanos que en la tierra podrían aliviar su pena con nuestras súplicas y sacrificios.



María Santísima, Virgen llena de compasión, intercede por ellas ante tu Hijo, el Justo y Misericordioso, para que su purificación sea breve y su entrada en la alegría celestial sea pronta. Que la luz divina brille sobre cada una de esas almas, especialmente las más olvidadas, aquellas que no tienen quien ore por ellas, ni quien las recuerde con amor en esta tierra. Que sientan la ternura de tu abrazo maternal y el consuelo de tu cercanía en medio de su purgatorio.

Madre del perdón, enséñanos a no olvidar a quienes han partido, a llevar en nuestro corazón la memoria de nuestros hermanos y hermanas que aún no gozan de la gloria eterna. Que nuestra caridad se haga oración constante, que nuestro sacrificio sea ofrecido por ellos, y que nunca nos cansemos de pedir al Señor su misericordia para las almas del purgatorio. Que la Iglesia, cuerpo de Cristo, sea siempre una familia que no abandona a ninguno de sus hijos, sino que camina unida en la fe y la esperanza.

Virgen Santa, tú que fuiste asunta al cielo en cuerpo y alma, intercede para que pronto muchas más almas puedan gozar de ese don maravilloso que es la vida eterna. Que ninguna alma quede atrapada en el fuego purificador sin la luz del perdón y la gracia, y que la bondad infinita de Dios las abrace en su amor definitivo. Que tu manto protector sea refugio para ellas, y que en la tierra nunca falten corazones dispuestos a ofrecer oraciones, rosarios, misas y actos de caridad por sus intenciones.

Madre de la esperanza, que nuestra mirada se eleve siempre hacia el cielo, confiando en que la muerte no es el final, sino el inicio de la vida verdadera, junto a Dios. Que la espera de estas almas no sea en vano, y que su paso al paraíso nos recuerde la importancia de vivir en gracia, en santidad, y en amor hacia todos, para que también nosotros merezcamos la gloria eterna.

Oh María, Reina del cielo y Madre de la humanidad, en este día te encomendamos especialmente a las almas más olvidadas, aquellas que han sido desatendidas, las que sufren en silencio y que claman por misericordia. Que tu intercesión maternal alcance a cada una de ellas, y que la luz de Cristo resplandezca en su purgatorio, iluminando su camino hacia la plenitud de la vida eterna.

Madre querida, enséñanos a vivir con conciencia de la eternidad, a valorar la oración y el sacrificio ofrecidos por los demás, y a ser instrumentos de la misericordia de Dios en este mundo. Que, fortalecidos por tu ejemplo y tu amor, podamos acompañar a quienes sufren en el purgatorio con la fuerza de nuestra fe y la constancia de nuestra oración.

Gracias, Virgen María, por tu constante protección y por tu amor maternal que no deja nunca a tus hijos en la soledad. Confíamos en que, por tu intercesión, las almas del purgatorio serán liberadas pronto para gozar de la eterna alegría en el Reino de tu Hijo Jesús.

Amén.

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