Padre Celestial, Dios Todopoderoso, nos acercamos a Ti en este momento con corazones rebosantes de gratitud y alegría. Te damos gracias, oh Señor, por todas las bendiciones que has derramado sobre nuestras vidas. En este momento de reflexión y alabanza, queremos ofrecerte nuestra más sincera acción de gracias por cada regalo que has otorgado, grande o pequeño.
Damos gracias, oh Dios, por la vida misma. Por el regalo maravilloso de existir, por cada amanecer que nos brinda un nuevo día para vivir, amar y aprender. Agradecemos por cada respiración, por la salud que disfrutamos y por las oportunidades que se presentan ante nosotros.
Señor, te agradecemos por la familia que nos has dado. Por los lazos de amor que nos unen, por el apoyo incondicional que recibimos y por las risas y alegrías compartidas. Te agradecemos por cada persona especial en nuestras vidas, por los momentos compartidos y por la fortaleza que encontramos en la unidad familiar.
Damos gracias, Dios misericordioso, por la amistad. Por esos amigos leales que han estado a nuestro lado en los momentos buenos y malos, que han compartido nuestras alegrías y tristezas, y que nos han brindado su amor y apoyo incondicional. Te agradecemos por las personas que nos inspiran a ser mejores y que nos muestran el valor de la amistad verdadera.
Padre de amor, te agradecemos por el don del amor. Por las relaciones que nos han transformado, por el cariño de nuestros seres queridos y por el amor que nos ofreces de manera constante y eterna. Te agradecemos por enseñarnos a amar y por ser el ejemplo supremo de amor incondicional.
Damos gracias, oh Señor, por la naturaleza y su belleza asombrosa. Por los paisajes que nos llenan de asombro, por los árboles que dan sombra, por los ríos que fluyen y por los animales que comparten este mundo con nosotros. Te agradecemos por la oportunidad de disfrutar de tu creación y por la responsabilidad que nos has confiado de cuidarla.
Te agradecemos, Dios de sabiduría, por el don del conocimiento. Por las mentes que buscan la verdad, por los maestros y mentores que nos guían en nuestro camino de aprendizaje y por las oportunidades que nos permiten crecer intelectualmente. Te agradecemos por la luz del entendimiento que nos has dado.
Damos gracias, oh Señor, por la comida que tenemos en nuestras mesas. Por el pan que nos sustenta, por los alimentos que nutren nuestros cuerpos y por las comidas compartidas con seres queridos. Te agradecemos por los dones de la tierra y por aquellos que trabajan para que nunca falte alimento en nuestra mesa.
Dios de consuelo, te agradecemos por estar con nosotros en los momentos difíciles. Por tu fortaleza que nos sostiene en las pruebas, por tu paz que calma nuestras ansiedades y por tu presencia que nos da esperanza en medio de la adversidad. Te agradecemos por ser nuestro refugio y nuestro consuelo en tiempos de tribulación.
Damos gracias, Dios de perdón, por tu misericordia infinita. Por el regalo del perdón que nos brindas cuando caemos en el pecado, por la oportunidad de comenzar de nuevo y por la gracia de tu reconciliación. Te agradecemos por tu amor que nunca nos abandona, sin importar nuestras faltas.
Señor, te agradecemos por la fe que nos has dado. Por la certeza de tu presencia en nuestras vidas, por el regalo de la esperanza que nos inspira a seguir adelante y por la fuerza que encontramos en nuestra relación contigo. Te agradecemos por ser nuestro faro en la oscuridad y nuestra guía en el camino de la vida.
Dios de generosidad, te agradecemos por las oportunidades de servir a los demás. Por la alegría que experimentamos al dar y por el privilegio de ser tus manos y pies en el mundo. Te agradecemos por los corazones compasivos que nos rodean y por la posibilidad de marcar la diferencia en la vida de otros.
Damos gracias, oh Señor, por tu Palabra y tu enseñanza. Por las Escrituras que nos guían, por las palabras de Jesús que nos iluminan y por la sabiduría divina que encontramos en ellas. Te agradecemos por la luz que arrojas sobre nuestro camino y por la verdad que nos libera.
Dios de gracia, te agradecemos por tu presencia constante en nuestras vidas. Por estar con nosotros en cada paso del camino, por escuchar nuestras oraciones y por responder a ellas de acuerdo con tu perfecta voluntad. Te agradecemos por ser nuestro Dios amoroso y fiel.
En este momento de acción de gracias, nos humillamos ante Ti, oh Señor, reconociendo que todas las bendiciones que hemos mencionado y las innumerables que no hemos mencionado provienen de tu generosidad y amor inagotables. Te agradecemos por ser nuestro Dios, nuestro Padre y nuestro Amigo.
Que nuestra gratitud, Señor, se refleje en nuestras acciones diarias. Ayúdanos a vivir vidas de gratitud, amor y servicio a los demás. Que nuestra vida sea una canción de agradecimiento a Ti, oh Dios, por todas tus bondades.
Te damos gracias, te alabamos y te adoramos, ahora y por siempre. Amén.
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