Entreguemos nuestro Corazón a Dios en este nuevo día

 

Señor, te entrego mi corazón al iniciar este nuevo día. Si Tú estás en él podré sentir paz, serenidad y tranquilidad. Permíteme liberarme de mis lagunas emocionales que me atan y me alejan de ti; libérame de estos apegos a situaciones que me roban la paz, el apego a cosas que me encadenan al mundo material. Confío en que tu Espíritu Santo llega sobre mí en este momento, me inunda de su gracia santificadora y me ayuda a ser feliz. Gracias por este aliento que viene de lo alto, que toca mi corazón y lo transforma, lo renueva. 

Necesito renovarme en Ti y que sea tu unción la que me fortalezca y me llene de valentía. Gracias por regalarme el don de la vida y la posibilidad de encontrarme contigo. Quiero ser capaz de desafiar a mis propios gigantes y matarlos con seguridad. No puedo estar esclavizado de experiencias del ayer, tengo que ser libre y vivir hacia adelante sin miedo. 

En esta jornada quiero que la esperanza siga viva en mí, que ningún problema de este mundo apague la luz que tu infundes todas las mañanas en mi ser, y que protégeme para que nada pueda hundirme en el fango de la indiferencia y la hipocresía. 

Tengo la seguridad de que no me fallarás a pesar de mis errores. Siento que tengo las fuerzas para enfrentar cualquier situación, pero te pido que siempre estés a mi lado, pues sabes que soy débil, y que sin ti no soy capaz de vencer, acompáñame, Señor mío, para que cuando esté a punto de caer tú me sostengas, acompáñame para que cuando vaya a fallar tú me guíes por las decisiones correctas. 

Acompáñame en cada una de las actividades que hoy tenga que desempeñar, guíame en mis acciones, aconséjame en cada una de mis decisiones y ayúdame a cumplir con mis obligaciones de la mejor manera. Dame fuerzas para creer que estás actuando aunque yo no te pueda ver, que me estás sosteniendo aunque yo no te sienta sosteniéndome.

Te abro las puertas de mi vida, de mi mente y a la acción divina del Espíritu Santo para que seas Tú transformando todo mi ser. Gracias porque haces nuevas todas las cosas y renuevas mi corazón cada día. Mi Padre Dios, permite que pueda comprometerme contigo, que pueda encontrar en la oración el sustento de mi vida, que sepa que en este momento de descanso puedo reponer mis fuerzas.

Estar en tu presencia me llena de alegría porque me siento protegido bajo tus alas. Gracias por hacer obras grandes en mí, porque te manifiestas con bondad en todos los acontecimientos del día. Te pido que me guíes por el camino de la vida, para dar con decisión pasos firmes en el sendero de la santidad, el cual estrecha mi amistad contigo, y pueda algún día estar en tu presencia por la eternidad.

Te agradezco también por las personas que has puesto en mi vida, y me ayudan a encontrarte, me ayudan a seguirte; te quiero pedir que los ilumines, que los acompañes, que nunca los dejes solos, que los ayudes a encontrarte. Tu amor es la certeza que necesito para construir toda mi vida. Sé Tú quien hoy me bendiga en todas mis acciones y líbrame del mal. 

Dios misericordioso, bendice mis manos, que le fruto de mi esfuerzo sea una ofrenda a tu santísima voluntad. Amen 

Act: Daré gracias al Señor, por el pan en mi mesa; pero también pediré para que mi prójimo no pase hambre.

 El Señor tenga piedad y nos bendiga,

ilumine su rostro sobre nosotros;

conozca la tierra tus caminos,

todos los pueblos tu salvación.

Sal 66, 2-3