Oración a la Preciosísima Sangre de Cristo
¡Oh, Preciosísima Sangre de Jesucristo, precio inestimable de nuestra redención, manantial de vida eterna y bálsamo que cura todas nuestras dolencias! Con corazón humilde y contrito, me postro ante Ti, reconociendo tu infinito poder y tu amor sin límites por la humanidad.
Desde el Huerto de Getsemaní, donde tu agonía te hizo sudar gotas de sangre, hasta la Cruz, donde cada herida derramó el torrente de tu misericordia, contemplamos el sacrificio perfecto que nos libró de la esclavitud del pecado y de la muerte eterna. ¡Oh, Sangre bendita, que brotaste de cada poro de tu Santísimo Cuerpo, lavando nuestras impurezas y purificándonos de toda mancha!
Por tu Sangre derramada en la circuncisión, te ruego, Señor, que purifiques mis sentidos y me guardes de toda impureza de pensamiento, palabra y obra. Por la Sangre que brotó de tu Sagrado Rostro en la flagelación y la coronación de espinas, te imploro que borres de mí toda vanidad y orgullo, y que me concedas la humildad de corazón.
¡Oh, Sangre de Cristo, que de tus manos y pies traspasados manaste copiosamente en la crucifixión! Que cada gota de tu Sangre se convierta en un escudo protector contra las asechanzas del enemigo, un ungüento que sane mis heridas espirituales y físicas, y un alimento que fortalezca mi fe y mi esperanza. Te suplico que encadenes al maligno, que lo alejes de mi vida y de la de mis seres queridos, y que nos libres de todo mal, visible e invisible.
Por la Sangre y el Agua que brotaron de tu Costado abierto, te pido, Jesús, que inundes mi alma con tu gracia santificante, que renueves en mí el espíritu de la caridad y que me concedas la gracia de vivir siempre unido a Ti en el Sagrado Corazón. Que tu Sangre sea mi bebida espiritual, nutriéndome y dándome la fuerza para enfrentar las pruebas de esta vida. Que sea mi vestidura, cubriéndome y protegiéndome de todo peligro. Que sea mi luz en la oscuridad, guiando mis pasos por el camino de la verdad y la justicia.
¡Oh, Sangre de Cristo, signo de la Nueva y Eterna Alianza! Por Ti fuimos justificados y reconciliados con el Padre. Te adoro, te alabo y te doy gracias por este don inefable de tu amor. Confío plenamente en tu poder redentor y en tu infinita misericordia.
Consagro a Ti, Preciosísima Sangre, mi mente, mi voluntad, mis afectos, mi cuerpo y mi alma. Consagro a Ti mi familia, mis amigos, mi trabajo y todas mis preocupaciones. Cúbrenos con tu manto protector y no permitas que nada ni nadie nos aparte de Ti.
Te ruego, Señor, por el poder de tu Sangre, que liberes a las almas del Purgatorio, especialmente a aquellas más necesitadas de tu misericordia. Que tu Sangre sea para ellas un bálsamo de consuelo y la llave que les abra las puertas del Cielo.
Que la Preciosísima Sangre de Cristo reine en mi corazón, en mi hogar, en mi nación y en el mundo entero. Que por Ti, oh Jesús, seamos renovados y transformados, y que todos los pueblos te reconozcan como su único Señor y Salvador.
Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario