Oración poderosa a la Sangre de Cristo para pedir protección total
Sangre Preciosa de Cristo, Sangre viva que brotó del costado traspasado de nuestro Salvador, hoy me presento ante Ti con humildad, confianza y reverencia. Me postro espiritualmente al pie de la Cruz, donde se derramó ese río rojo de amor, y con el corazón contrito te suplico: cúbreme completamente. Desde la cabeza hasta los pies, desde mis pensamientos hasta mis emociones, desde mis decisiones hasta mis caminos, que todo en mí esté sumergido bajo el poder redentor de tu Sangre.
Sella mi cuerpo y mi alma, mi presente, mi pasado y mi futuro. Que ninguna fuerza del mal tenga derecho sobre mi vida, porque te pertenezco a Ti, Cristo mío. Hoy me escondo en las llagas gloriosas de tus manos y de tus pies, y me sumerjo en esa fuente inagotable que limpia, purifica, sana, protege y libera.
Por tu Sangre bendita, Señor Jesús, cierro toda puerta que haya abierto consciente o inconscientemente al enemigo. Rompe cadenas, destruye pactos, desactiva maldiciones, hechicerías y toda palabra dicha en mi contra. Que tu Sangre tenga la última palabra sobre mí y no el juicio del mundo, ni las intenciones del maligno, ni el peso del pecado. Sangre que clama justicia, Sangre que da vida, Sangre que vence en cada batalla, ven y cúbreme ahora.
Sangre de Cristo, cúbreme cuando salgo y cuando regreso; cuando duermo y cuando estoy despierto; cuando hablo y cuando callo; cuando oro y cuando trabajo. No permitas que el enemigo se acerque ni siquiera a mi sombra. Rodéame con murallas de fuego celestial y envía tus ángeles a acampar alrededor de mí. Que mi hogar esté sellado por Ti: puertas, ventanas, camas, objetos, todo consagrado a tu Nombre glorioso.
Cubre, Señor, a mi familia. A mis hijos, mis padres, mis hermanos, mi pareja, mis amigos. Que nadie que ame esté fuera del alcance de tu protección. Toma nuestros nombres y sumérgelos en tu Sangre divina. Líbranos de accidentes, enfermedades, violencia, traiciones, tristezas, tentaciones y decisiones equivocadas. Que tu Sangre sea nuestro refugio seguro y nuestra defensa en medio del caos del mundo.
Sangre poderosa, cúbreme en mi mente. Que no haya lugar para la ansiedad, la confusión, la tristeza, ni el temor. Renueva mis pensamientos, fortalece mi fe y restaura mi alegría. Que la voz del maligno quede silenciada por el clamor de tu Sangre que dice: “Tú eres mío, te he redimido”.
Sangre gloriosa, cuida mi vocación, mis talentos y mi propósito. Líbrame de compararme, de distraerme, de alejarme del camino que has trazado para mí. Que lo que soy y tengo esté al servicio de tu Reino. Que tu Sangre me preserve para ti, puro, firme, humilde y fuerte.
Protege también, Señor, mis bienes materiales: mi trabajo, mis proyectos, mis finanzas, mis recursos. Que no falte el pan en mi mesa, pero que tampoco el amor al prójimo se extinga en mi corazón. Que nunca dependa de las riquezas, sino de tu misericordia. Y si alguna vez me falta algo, que no me falte la fe en Ti.
Cubre mi Iglesia, los sacerdotes, los consagrados y todos aquellos que sirven tu causa. Que tu Sangre los purifique y los libre de toda tentación. Protégelos en cuerpo y alma, y no permitas que caigan bajo las trampas del enemigo. Fortalece su vocación y renueva su entrega con cada gota tuya que se derrama espiritualmente sobre ellos.
Y si en algún momento me siento débil, confundido, perdido o abandonado, recuérdame, Señor, que tu Sangre ya fue derramada por mí. Que no necesito otra prueba de tu amor. Que en tu Sangre tengo defensa, auxilio y victoria.
Hoy me sumerjo completamente en Ti, oh Sangre de Cristo. Me dejo envolver por tu luz roja que vence la oscuridad. Me rindo ante tu poder, confío en tu protección, descanso en tu abrazo. Sé tú mi armadura, mi escudo, mi fortaleza y mi guía.
Nada temo, porque estoy cubierto por tu Sangre. Nada me falta, porque tú lo eres todo. Amén. 🩸✝️🕊️
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