Oración por un hijo fallecido

 

Amado Padre Celestial,

hoy vengo ante Ti con el alma herida y el corazón lleno de nostalgia,
con lágrimas en los ojos y un amor inmenso
que sigue vivo a pesar de la ausencia de mi hijo.
Señor, Tú me lo diste como un regalo precioso,
como una bendición que llenó mi vida de luz,
y aunque hoy ya no esté físicamente a mi lado,
sé que su alma sigue viva en Ti.

Padre amado, me cuesta aceptar su partida,
me duele no poder abrazarlo,
no escuchar su risa,
no ver su mirada llena de vida.
Pero en medio de mi dolor,
quiero darte gracias, Señor,
por el tiempo que me permitiste tenerlo,
por cada momento compartido,
por cada recuerdo que hoy atesoro en mi corazón.

Señor misericordioso,
te entrego el alma de mi hijo,
cólmalo con tu paz infinita,
abrígalo con tu amor eterno.
Que en tu Reino encuentre descanso,
que su espíritu brille con la luz de tu gloria,
que sienta en tu abrazo
todo el amor que yo quisiera seguir dándole.

Jesús, Tú que venciste la muerte,
dame la ESPERANZA de que un día volveré a verlo,
de que su alma no se ha perdido,
sino que ahora vive en plenitud junto a Ti.
Que mi fe sea más grande que mi tristeza,
que mi confianza en tu promesa me sostenga,
y que en cada susurro del viento,
en cada rayo de sol,
en cada estrella del cielo,
pueda sentir su presencia y su amor.

Madre Santísima,
tú que sufriste el dolor de perder a tu Hijo,
cúbreme con tu manto en estos momentos de tristeza,
dame fortaleza para seguir adelante,
y cuida de mi hijo con la ternura de una madre celestial.

Señor, aunque mi corazón llore su ausencia,
te lo entrego con amor y confianza.
Guárdalo en tu paz,
hazlo gozar de la vida eterna,
y permite que desde el cielo,
siga acompañándome y amándome como yo lo amo.

Y cuando llegue el día en que me llames a tu presencia,
que pueda encontrarlo de nuevo,
para abrazarlo sin miedo, sin despedidas,
y vivir juntos por siempre en tu gloria.

Te lo pido en el nombre de Jesús,
quien es la Resurrección y la Vida.

Amén.