Oración de la mañana - Te pido la presencia del Espíritu Santo

 

Señor, te alabo y te bendigo porque en este nuevo amanecer me ofreces la oportunidad de vivir en tu presencia. En la mañana de este nuevo día me acerco a ti para alabarte y para darte gracias por todo el amor que tú me derramas sobre mi vida y sobre la vida de mi familia; por la paz que le das a nuestros corazones y por tu constante compañía que nos permite mantenernos en pie y salir adelante. Te pido la presencia de tu Espíritu para que me guíe en todo, que derrames sobre mí tus dones para ponerlos al servicio de tu voluntad. Me regocijo en Ti porque sé que bajo tu luz estaré confiado y no temeré.

Me entrego a ti en esta bella mañana en la que puedo sentir tu maravillosa presencia, en ti mi vida encuentra la plenitud y por ti encuentra el sentido, pues sólo tú eres necesario para ser feliz. Gracias, Señor, por el techo que cobijó mi sueño, por mi familia, por los alimentos que llevas a mi mesa y por la ropa que me viste. Permite que sea plenamente consciente de todo lo que me puede apartar de tu lado, y dame la valentía para poder hacerle frente y ganar las batallas contra la tentación.

Te entrego mis pensamientos y mis acciones, que seas Tú manifestándote con poder. Pon en mi corazón la capacidad de motivar a los que amo para que se eduquen con libertad, ayúdame a enseñarles que cada ser humano se posee a sí mismo y debe determinar su existencia sin presiones externas que esclavizan. Te pido por todas las personas que están sufriendo la desesperanza de las situaciones actuales, te pido por todos aquellas que han perdido el rumbo de su vida y creen que nada tiene sentido.

Me abro a tus Palabras de vida porque son lámparas para mis pasos, porque quiero aprender de Ti. Tu presencia me llena de alegría porque me siento protegido bajo tus alas, por eso no tengo miedo de salir a luchar con ánimo y decisión. Te entrego mis pensamientos y mis acciones, para que por medio de mí, seas tú el que manifieste su poder y tus signos de infinito amor.

Te amo y confío en Ti, estoy seguro de que hoy será un día de victoria y desde ya me preparo a vivirlo. Te suplico que la fuerza de tu Espíritu Santo me recubra y me haga fuerte para no tenerle miedo a nada. Es maravilloso descubrirte a mi lado al iniciar un nuevo día y saber que tienes tus manos abiertas derramando todas las bendiciones que necesito.

Señor, te alabo porque me permites ver este nuevo despertar con todas tus maravillas. Puedo sentir tu fuerza que renueva y restaura mi corazón. Gracias porque siempre escuchas cuando te llamo, no desprecias mis súplicas y respondes con prontitud cuando clamo tu bendición. Contigo a mi lado no vacilaré, no temeré, en todo saldré vencedor porque mi escudo eres Tú, mi fortaleza, la espada que defiende mi ser.

Quiero pedirte que actúes en mi corazón y sanes todas mis heridas, sana los vacíos que hay en mi ser, sana todo lo que no está bien en mí y necesita de tu amor. Regálame la humildad para que pueda entender que esos defectos que tengo son míos y que si quiero superarlos, debo tener disposición interior para transformar mi vida.

Dios de mi vida, necesito de la fuerza que viene de tu Santo Espíritu, para ser firme en el camino de la vida, y no ir pasando los días con actitud mediocre. Te amo, mi Dios, eres fiel, confío en tu amor infinito, ese que sabe responder a las necesidades de las personas que amo. Te pido que me hables en lo secreto de mi alma y me muestres el camino de la salvación, estoy abierto a tu voluntad.

Padre Celestial, gracias por el don de la vida, gracias por el nuevo amanecer, pero sobre todo gracias por amarme inmensamente. Amén.

ACTIVIDAD DEL DÍA

Compartiré con mi prójimo las bendiciones que Dios tanto me ha dado en la vida, para que la gracia de Dios abunde en la vida de mis hermanos.

¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,

mi corazón y mi carne
se alegran por el Dios vivo. (Sal. 83, 2-3)