Oración de la mañana - Te entrego mi vida - Alberto Oraciones

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viernes, 1 de septiembre de 2023

Oración de la mañana - Te entrego mi vida

 


Gloriosos Jesucristo, en este nuevo día que me permites presenciar tus maravillas, te entrego mi vida para que hagas de ella lo que quieras; permite que vaya por los caminos que conducen hasta tu presencia eterna. Hoy acudo ante ti con un corazón lleno de dicha y felicidad, pues descubro en esta mañana tu mirada amorosa y tu huella redentora en todo lo que me rodea; pongo mi corazón en tus manos para que lo dirijas en esta jornada y pueda glorificarte con mis acciones. Alabado seas, por tu inmensa grandeza, porque te has mostrado grande y poderoso en mi vida. Bendito seas, porque te has quedado en mi corazón y has restaurado mi ánimo para que yo sea un luchador.


Eres mi roca firme, eres todo para mí; gracias por estar a mi lado al inicio de este día. Tú eres el baluarte en el que me apoyo, mi alcázar, mi refugio y mi salvación. Haz que borre de mi ser toda huella de pecado, para que el maligno no tenga ningún poder sobre mí, y solo tú seas el Señor de mi vida.


Señor, confío en Ti, quiero amarte cada día más y seguir con fidelidad tu camino, pero necesito de Ti, aunque mis acciones no estén orientadas a buscarte en cada momento de mi vida. Dame tu gracia para cumplir tu voluntad en mi vida, porque creo que tus caminos son santos y siempre llevan a fuentes de vida eterna. Quita de mi mente y de mi corazón cualquier manifestación de inseguridad, quiero ser constante en la oración y en la súplica.


Limpia mi corazón de la incertidumbre y la falta de fe, límpiame de las dudas para avanzar en el camino de tu voluntad. Quita de mí todo lo que no te agrada y moldéame como tú quieres, para que pueda ser feliz, para que se cumpla tu voluntad en mí. Te pido fuerza para vivir este día con fe, con esa paz que no se agota por el trajín del día, sino que permanece en el corazón.


Quiero que me llenes de tu amor y me impulses a dar la batalla, a creer en mis capacidades. Cuando siento tu protección me lleno de paz, de serenidad, pero sobre todo, siento tu impulso que me invita a dar lo mejor de mí. No quiero dejarme atrapar por el negativismo. Sé que estás a mi lado y quieres que sonría frente a todos los problemas que tengo, porque en ellos me haces crecer.


Quiero agradecerte porque me haces dichoso al momento de despertar del sueño de la noche, gracias, mi Dios, porque me permites continuar en este mundo compartiendo la vida con las personas que me rodean. Permite que toda mi vida sea un auténtico testimonio de tu presencia amorosa, quiero vivir como lo hizo Jesucristo, sin señalar, sin juzgar, sin odiar, quiero ser instrumento de compasión y de paz, para contribuir a la consolidación de tu Reino de amor.


Dios amado, pongo en tus manos a todas las personas que se encuentran sufriendo por la enfermedad, permite que puedan llenarse de la fortaleza del Espíritu Santo y puedan luchar contra sus padecimientos, reconfórtalos en su Espíritu y dales la paz en su corazón, y así, si es tu voluntad, puedan encontrar la salud corporal. Quiero estar sumergido en tu amor y descansar con serenidad en él. No permitas que comportamientos imprudentes rijan mi vida, sino que llévame por caminos de amor y serenidad.


Que mi corazón se haga valiente en medio de los problemas de la vida, porque este Reino tuyo es de los valientes, los que confían en Ti, los que creen en Ti a prueba de todo. No permitas que nada ni nadie me quite la dicha que me da caminar guiado por tu Palabra, esa que da vida eterna. Llena mi ser de tu Espíritu Santo, eres un Dios que hace maravillas, Tú eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador.


Dios mío, para iniciar mi nuevo amanecer bajo tu amparo, me doy cuenta de cuan grande es tu amor por mi, tu humilde siervo. Amen.


ACTIVIDAD DEL DÍA

Ofreceré un minuto de silencio por todas aquellas personas que han dejado esta vida, para que las acojas a tu lado y las colmes de tus divinos consuelos.


El Señor te guarda a su sombra está a tu derecha

de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche. (Sal. 120, 5-6)

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