Oración a Jesús por la Familia y los Hijos
Señor Jesús, Hijo amado del Padre, Salvador del mundo y fuente de toda bendición, hoy me acerco a Ti con el corazón lleno de gratitud y esperanza, para poner en tus manos santas y misericordiosas a mi familia y, de manera muy especial, a mis hijos, tesoros que me has confiado como un regalo de tu amor eterno.
Gracias, Señor, por el don de la familia. Gracias por permitirme vivir en este pequeño hogar donde tu amor puede florecer cada día. Te alabo por cada miembro de mi familia: por sus vidas, sus dones, sus luchas, sus caminos. Tú los conoces profundamente, los amas con un amor sin medida y quieres conducirlos hacia la plenitud de la vida. Hoy, Señor, te los consagro con todo mi ser.
Mira con bondad a mis hijos, Jesús. Son tu herencia, tus hijos también, creados por Ti y para Ti. Tú los formaste en el secreto del vientre materno, los miraste con ternura desde antes de nacer y los acompañas en cada paso de su existencia. Te ruego que los protejas, que los guíes, que los guardes del mal, que los bendigas con sabiduría y fortaleza para enfrentar las batallas de la vida.
No permitas, Señor, que se aparten de Ti. Que crezcan con un corazón limpio, con un espíritu noble, con fe firme en medio de un mundo confundido. Presérvalos de las falsas promesas, de las malas compañías, del egoísmo y del pecado. Hazlos hombres y mujeres de bien, testigos de tu luz, defensores de la verdad, sembradores de esperanza. Y si en algún momento se alejan de tu camino, Señor, búscalos como el buen pastor a la oveja perdida, y tráelos de nuevo a tu abrazo misericordioso.
Dales, Jesús, un corazón dócil a tu palabra, que amen la oración, que se acerquen a los sacramentos, que aprendan a escuchar tu voz. Que no tengan miedo de seguirte, aunque eso implique renuncias, aunque deban nadar contra la corriente. Que vivan con alegría la vocación que tú les has dado, sea en el matrimonio, en la vida consagrada o en el servicio generoso al prójimo. Bendice sus estudios, sus amistades, sus decisiones, y ayúdales a descubrir su propósito en esta vida.
Señor, también te entrego mi responsabilidad como padre, como madre, como guía en este camino. Ayúdame a ser un testimonio vivo de fe, a enseñar con mi ejemplo, a corregir con amor, a acompañar con paciencia. Dame sabiduría para formar, tiempo para escuchar, ternura para sostener, firmeza para orientar. Que mis palabras construyan y no destruyan, que mis actos reflejen tu Evangelio, que mi amor les muestre cuánto Tú los amas.
Bendice, Jesús, la unidad de mi hogar. Que nunca falte el perdón, la comprensión, el respeto y la oración compartida. Que en medio de las dificultades sepamos recurrir a Ti, y que en las alegrías sepamos darte gracias. Sella nuestro hogar con tu preciosísima Sangre, cúbrenos con tu manto de protección, y que tu Sagrado Corazón sea el centro de nuestra vida familiar.
Jesús, Tú viviste en una familia, junto a María y José, en el silencio y el trabajo de Nazaret. Te pido que mi hogar sea un reflejo de ese amor sencillo, de esa paz humilde, de esa obediencia a la voluntad del Padre. Que mi familia sea tierra fértil donde crezca la fe, refugio de esperanza y escuela de caridad.
Gracias, Señor, porque sé que escuchas esta oración. Gracias por estar siempre con nosotros. Gracias por el regalo de la familia. Me abandono a Ti con plena confianza, sabiendo que quien te tiene a Ti, lo tiene todo.
Amén.
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