Oración a Jesús para Protección y Seguridad
Señor Jesús, mi amado Redentor, mi Salvador y mi amigo fiel, hoy me acerco a Ti con humildad y con el corazón lleno de confianza. Tú eres mi refugio en los momentos de angustia, mi roca firme cuando todo a mi alrededor se tambalea, mi luz cuando la oscuridad quiere envolverme. En Ti encuentro la verdadera seguridad, porque Tú eres el Dios que cuida, que guarda, que protege sin descanso a quienes te buscan con sinceridad.
Hoy quiero poner mi vida entera bajo tu protección poderosa, Señor. Te pido que extiendas sobre mí tu mano santa, que cubras mi mente, mi cuerpo y mi alma con tu Sangre preciosa, y que no permitas que ningún mal, físico o espiritual, se acerque a mí ni a los míos. En Ti confío, Jesús. Solo Tú tienes palabras de vida eterna. Solo Tú puedes librarme del peligro, de la confusión, del enemigo que acecha en lo oculto.
Protégeme, Señor, de todo accidente, de toda enfermedad, de todo daño que pueda venir por causa del pecado o del descuido humano. Rodéame con tus ángeles. Envíalos a custodiar mis pasos, a cubrir mi hogar, a velar mientras duermo, a permanecer junto a mí mientras trabajo, estudio o viajo. Que tu presencia sea un escudo alrededor mío, un muro de fuego que ninguna fuerza contraria pueda traspasar.
Jesús, te pido también por mi familia. Cubre a mis hijos, a mi pareja, a mis padres, a todos mis seres queridos. Tú sabes por lo que cada uno atraviesa, conoces sus caminos, sus debilidades, sus heridas. Pon tu mano poderosa sobre cada uno, y defiéndelos de toda trampa del enemigo, de todo espíritu de división, de enfermedad, de violencia o perdición. Haz que nuestra casa esté firmemente edificada sobre la roca de tu Palabra, y que ninguna tormenta logre derribarla.
También te pido, Señor, que me protejas de mí mismo: de mis malas decisiones, de mis pasiones desordenadas, de mis enojos o miedos que a veces me ciegan. Ilumina mi mente con la sabiduría del Espíritu Santo, fortalece mi voluntad con tu gracia, y guía mis pasos por senderos de paz, justicia y verdad. No permitas que el pecado me aparte de Ti, porque solo en tu amor encuentro verdadera seguridad.
Jesús, en este mundo lleno de incertidumbres, peligros y confusiones, necesito tu presencia cada día más. Que nada me robe la paz que Tú das. Que ningún rumor, noticia o amenaza me quite la confianza en que Tú estás conmigo. Como dijiste a tus discípulos: “No teman, Yo soy”. Así también dímelo a mí cada vez que el miedo quiera apoderarse de mi corazón. Recuérdame que Tú has vencido al mundo, que estás vivo, y que reinas con poder.
Te entrego este día, esta noche, cada uno de mis pasos y decisiones. Sé mi pastor, Señor. Guíame por sendas seguras, protégeme de todo mal y líbrame de todo aquello que me aparte de Ti. Y si algo he de pasar por prueba, que sea con la certeza de que Tú estás a mi lado y no me dejas solo. Que en todo momento, en cada lugar y circunstancia, mi alma repose en tu paz.
Gracias, Jesús, por ser mi guardián. Gracias porque tu protección es real, constante y poderosa. Confío en Ti y me abandono por completo a tu voluntad. Que todo mi ser te pertenezca, y que en tu sagrado Corazón halle siempre descanso y seguridad.
Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario