Señor Jesús, hoy es Viernes Santo. Todo está en silencio, todo se detiene, y la Iglesia entera guarda un profundo recogimiento. Este día, el más solemne del año, recordamos tu Pasión y Muerte en la cruz. Nos arrodillamos ante el misterio del amor más grande jamás visto, el amor de un Dios que no retuvo nada para sí, que se entregó hasta la última gota de sangre por amor a nosotros.
Hoy contemplo tu cruz, Señor, y mi alma se conmueve. Esa cruz que era símbolo de castigo y vergüenza, Tú la transformaste en signo de redención, en camino de esperanza, en puente hacia la vida eterna. Miro tus manos traspasadas, tus pies clavados, tu costado abierto, y en cada herida descubro el precio infinito de mi salvación. No fuiste obligado a morir: lo hiciste por amor. Nadie te quitó la vida; tú mismo la entregaste para rescatarme.
Perdón, Señor, por tantas veces en que he sido indiferente a tu sacrificio. Perdón por las veces en que he pecado, sabiendo que mis pecados te llevaron al Calvario. Hoy quiero acercarme a ti con un corazón sincero, dolido por mis faltas, pero lleno de gratitud por tu misericordia. Enséñame a vivir con los ojos fijos en tu cruz, a recordar que en tu entrega encuentro sentido, perdón y salvación.
Jesús, Cordero Inmolado, hoy me uno a tu sufrimiento. Quiero acompañarte en cada paso del Viacrucis, desde el juicio injusto hasta la última exhalación. Quiero estar contigo como estuvo María, tu Madre, firme junto a la cruz, sin huir, sin protestar, sin exigir explicaciones. Sólo quiero amar como ella amó, sufrir contigo, ofrecerte mi pobre corazón como morada donde puedas descansar.
Hoy también me postro en silencio, como lo hizo el mundo cuando expiraste. Las tinieblas cubrieron la tierra, el velo del templo se rasgó, la creación entera tembló ante la muerte del Hijo de Dios. Pero tú, Jesús, venciste el mal con el bien. Venciste el odio con el perdón. Venciste la muerte con el amor.
En este día de luto y esperanza, quiero entregarte mi cruz personal. Tú que cargaste con el peso de toda la humanidad, toma también mi sufrimiento. Toma mi dolor físico, mi cansancio espiritual, mis heridas del alma. Toma mis dudas, mis luchas, mis miedos y mis caídas. Clávalos contigo en el madero y transfórmalos en bendición. Que no sufra en vano, sino unido a ti, para crecer en fe y en santidad.
Viernes Santo es día de silencio, de contemplación, de adoración. No hay misa, no hay cantos festivos, sólo la meditación del sacrificio más puro y santo. Por eso hoy me arrodillo ante tu cruz y la beso con amor. No como un símbolo lejano, sino como el lugar donde nació mi libertad. Porque por tus llagas hemos sido sanados, por tu sangre hemos sido redimidos, por tu muerte hemos sido rescatados.
Gracias, Señor, por no bajarte de la cruz. Gracias por no haberte defendido cuando te acusaron injustamente. Gracias por haber perdonado al ladrón, por haber pedido perdón por tus verdugos, por haber confiado hasta el final en el Padre. Enséñame a hacer lo mismo. Que cuando me sienta herido o traicionado, recuerde que tú lo viviste primero. Que cuando tenga que perdonar, lo haga como tú. Que cuando llegue mi hora de cruz, la lleve con dignidad y fe.
Jesús crucificado, graba tu cruz en mi alma. Que no sea un adorno, ni un recuerdo, sino un estilo de vida. Que cada día sepa negarme a mí mismo, tomar mi cruz y seguirte. Que aprenda a morir a mi egoísmo, a mi orgullo, a mi comodidad, para vivir resucitado contigo. Que viva para amar como tú amaste: sin medida, sin condiciones, sin esperar recompensa.
Virgen María, Madre Dolorosa, acompáñame en este Viernes Santo. Tú que viste morir a tu Hijo amado, ayúdame a permanecer firme en la fe, aun cuando duela. Enséñame a ofrecer el dolor como ofrenda de amor, a confiar en Dios incluso en medio del sufrimiento. Que tu ternura me consuele y me acerque más a Jesús.
Señor Jesús, hoy mueres por mí… pero sé que no es el final. El sepulcro no tiene la última palabra. El amor vencerá. La cruz no es derrota, sino promesa de resurrección. Y mientras llega el amanecer del Domingo, me quedo contigo, en silencio, a los pies de la cruz.
Amén. 🙏✝️🕊️
No hay comentarios.:
Publicar un comentario