Amado Señor de los Milagros,
Cristo crucificado y glorioso,
Tú que eres la luz en medio de la oscuridad,
el refugio de los que sufren y el consuelo de los que claman,
me postro hoy ante tu cruz sagrada,
con el corazón lleno de esperanza y necesidad.
Tú, Señor, que desde el madero de la cruz
nos enseñaste la obediencia, la entrega y la fidelidad al Padre,
mira hoy con compasión a este hijo tuyo
que atraviesa un momento de dificultad y desamparo.
Tú conoces mi situación,
sabes lo que guardo en mi alma,
y escuchas las súplicas que brotan desde el fondo de mi ser.
Hoy vengo a Ti, Jesús de los Milagros,
a presentarte mi necesidad de un trabajo digno,
estable, justo y acorde a los dones que me has dado.
No te pido riquezas ni lujos,
sino la oportunidad de ganarme el sustento con dignidad,
de colaborar al bien de mi familia,
de aportar con esfuerzo a la sociedad,
y de cumplir con mi vocación como trabajador.
Señor, sé que tu mirada no se aparta de quienes sufren,
que tu oído está atento a las súplicas de los humildes,
y que tu corazón se conmueve ante el clamor de tus hijos.
Por eso hoy elevo mi oración con humildad,
pidiéndote que abras puertas donde ahora solo veo muros,
que me conduzcas hacia las personas adecuadas,
que ilumines mi camino y me des sabiduría para reconocer las oportunidades.
Tú que multiplicaste los panes y los peces,
que diste trabajo a los apóstoles como pescadores de hombres,
que acompañaste a los humildes en sus labores cotidianas,
no permitas que falte en mi hogar el pan de cada día.
Tú sabes cuánto me he esforzado,
cuánto he buscado sin encontrar,
cuántas veces he salido con ilusión y he regresado con el alma cansada.
Señor de los Milagros,
te ruego que me fortalezcas en esta espera,
que no decaiga mi fe,
que no me deje vencer por la ansiedad ni por el miedo al futuro.
Dame paciencia y perseverancia,
dame paz en el corazón para aceptar tus tiempos,
y confianza para saber que nunca abandonas a tus hijos.
Te pido también por todas aquellas personas que están en la misma situación:
por los padres y madres que buscan un trabajo para sostener a sus hijos,
por los jóvenes que dan sus primeros pasos en el mundo laboral,
por los adultos mayores que desean seguir siendo útiles,
por los que han sido despedidos, rechazados o desanimados.
Haz que no falte trabajo para nadie, Señor.
Haz que en cada empresa y hogar se reconozca el valor del esfuerzo humano.
Toca los corazones de los empleadores,
para que valoren el trabajo digno y ofrezcan oportunidades justas.
Que se abran caminos de esperanza para todos los que confían en Ti.
Señor de los Milagros,
si en tu infinita misericordia me concedes la gracia de encontrar empleo,
te prometo desempeñarlo con responsabilidad, honestidad y entrega.
Que mi trabajo no sea solo fuente de ingresos,
sino también una oportunidad de servir, de crecer, de santificarme.
Y si aún debo esperar,
dame la fuerza para seguir luchando,
para no rendirme,
para seguir confiando en que Tú tienes un plan mejor para mí.
Sostén mi ánimo cada día.
No permitas que la desesperanza me robe la alegría.
Hazme fuerte en la fe,
activo en la búsqueda,
y abierto a todo lo que Tú dispongas.
Gracias, Señor,
porque sé que me escuchas,
porque no me dejas solo,
y porque cada día me das lo necesario para seguir adelante.
Gracias porque aún en medio de esta prueba,
puedo sentir tu presencia que me sostiene.
Señor de los Milagros,
confío en Ti con todo mi corazón.
Te entrego mis planes, mis temores y mis anhelos.
Y me abandono a tu voluntad,
seguro de que Tú provees siempre con amor de Padre.
Amén. 🙏
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