oración a san miguel arcángel para pedir protección contra todo mal

 

Oración a San Miguel Arcángel para pedir protección contra todo mal

¡Oh glorioso San Miguel Arcángel!
Príncipe celestial de los ejércitos del Señor,
valiente guerrero de la luz divina,
fiel protector de las almas,
defensor incansable de los hijos de Dios,
hoy acudo a Ti con humildad y confianza,
implorando tu auxilio y tu amparo
en medio de los peligros que me rodean.

Tú, que con el poder de Dios
derrotaste al enemigo desde el principio,
que con tu espada celeste
arrojaste a Satanás y a sus ángeles rebeldes
fuera del reino de los cielos,
acude en mi ayuda en esta hora de necesidad.
Sé mi escudo contra las acechanzas del mal,
sé mi fortaleza en las pruebas y tentaciones,
sé mi luz cuando la oscuridad me aceche,
y mi refugio seguro en la batalla espiritual.

San Miguel Arcángel,
príncipe de la milicia celestial,
con tu gloriosa espada de fuego
corta las ataduras del pecado,
rompe las cadenas de la opresión,
disipa las sombras que intentan envolverme
y rechaza toda influencia maligna
que quiera perturbar mi vida, mi hogar y mi corazón.

Confiado en tu poder y en tu amor,
te pido que cubras con tu armadura celestial
a mí, a mi familia, a mis seres queridos,
y a todos aquellos que buscan la paz de Dios.
Líbranos de los peligros físicos y espirituales,
de los enemigos visibles e invisibles,
de las trampas del maligno
y de todo aquello que pueda apartarnos
del camino de la salvación.

San Miguel Arcángel,
sé el guardián de mi mente,
para que ningún pensamiento impuro o desesperanza
pueda anidar en ella.
Sé el escudo de mi corazón,
para que permanezca firme en la fe
y rebosante del amor de Dios.
Sé el centinela de mi alma,
para que ninguna sombra de mal
pueda oscurecer mi espíritu
ni debilitar mi voluntad de seguir a Cristo.

Oh noble y glorioso Arcángel,
con tu luz poderosa,
destruye toda tiniebla que intente envolverme,
disuelve toda maldición,
rompe toda obra de maldad,
y protege mi camino con la claridad del cielo.
Líbrame de la envidia,
del odio y la maledicencia,
de los espíritus malignos
y de toda acechanza del enemigo.

Concede, oh santo Arcángel,
que mi fe nunca vacile,
que mi esperanza nunca muera,
que mi amor por Dios y por mis hermanos
se mantenga firme y ardiente
como la llama del Espíritu Santo.
Dame la fuerza para resistir el mal,
la valentía para enfrentar los desafíos,
y la gracia de vivir cada día
bajo la voluntad santa de Dios.

Te pido que acudas en mi ayuda
en cada momento de peligro y dificultad.
No permitas que caiga en la desesperación,
ni que el miedo o la tristeza
roben la paz de mi corazón.
Llena mi vida con la fortaleza celestial
para vencer todo obstáculo
y caminar siempre con confianza
bajo la mirada amorosa del Padre Eterno.

San Miguel Arcángel,
bendito protector y guía,
te ruego que me acompañes cada día,
desde el amanecer hasta el anochecer,
que veles por mi descanso,
y me protejas en mis sueños,
para que, fortalecido en cuerpo y alma,
pueda despertar cada día
con gratitud y confianza en Dios.

Que tu presencia sea mi fortaleza,
tu intercesión mi refugio,
y tu protección mi escudo,
hasta que llegue el día
en que pueda contemplar
el rostro glorioso de nuestro Señor Jesucristo
en el reino de los cielos.

Amén.