Oración Católica por un Hijo Rebelde
Amado Dios, Padre celestial,
hoy me acerco a Ti con un corazón humilde y lleno de amor,
pero también con preocupación y dolor,
porque mi hijo (nombre del hijo)
se ha alejado de tu camino
y su corazón se ha endurecido.
Tú, que eres un Padre amoroso y misericordioso,
que conoces las intenciones más profundas del alma
y ves lo que nosotros no podemos ver,
te pido que mires con ternura a mi hijo,
que lo tomes en tus manos
y lo conduzcas nuevamente hacia Ti.
Señor,
sé que cada uno de nosotros tiene un camino que recorrer,
que cada alma es libre de tomar decisiones,
pero hoy clamo a Ti con el dolor de un padre/madre
que anhela ver a su hijo transformado por tu amor.
Mi corazón llora al ver su rebeldía,
su desobediencia y su indiferencia.
Sé que dentro de él hay un alma noble,
una semilla de bondad que solo Tú puedes hacer florecer.
Padre eterno,
derrama tu Espíritu Santo sobre él,
ilumina su mente,
ablanda su corazón
y permite que vuelva a escuchar tu voz.
Despierta en él el deseo de buscarte,
de conocerte y de seguirte.
Toca su corazón con tu amor,
y hazle sentir que solo en Ti encontrará
la paz y la felicidad verdadera.
Jesús amado,
Tú que amaste a los pecadores
y nunca rechazaste a los que se alejaban,
acércate a mi hijo,
muéstrale el camino de la verdad,
protégelo de las malas influencias,
de las compañías que lo alejan de Ti,
de los caminos oscuros
que pueden llevarlo a la perdición.
No permitas que se pierda,
que el mundo lo seduzca con falsas promesas.
Guíalo con tu luz
y condúcelo de regreso a casa.
Virgen María,
Madre tierna y compasiva,
tú que comprendes el amor y el dolor de una madre,
te ruego que intercedas por mi hijo.
Cúbrelo con tu manto,
protégelo de todo mal,
llévalo en tu regazo maternal
y preséntalo ante tu Hijo Jesús.
Enséñale a amar,
a respetar,
a perdonar y a vivir con humildad.
San José, padre ejemplar,
modelo de obediencia y amor,
tú que guiaste a Jesús en su infancia y juventud,
intercede por mi hijo,
para que aprenda el valor del trabajo,
la obediencia y la responsabilidad.
Ayúdalo a encontrar su propósito en la vida,
a discernir lo bueno de lo malo,
y a tomar decisiones guiadas por Dios.
Señor,
te entrego a mi hijo con toda la fe de mi corazón.
Tú lo amas más de lo que yo puedo imaginar,
Tú lo formaste en mi vientre,
Tú lo sostienes con tu mano poderosa.
Creo en tu poder,
en tu amor infinito
y en tu misericordia sin límites.
Hoy deposito en tu altar
todas mis preocupaciones,
mis temores y mis lágrimas.
Confío en que tú harás la obra en él,
en que lo transformarás con tu gracia
y en que un día, con gozo y gratitud,
veré el fruto de esta oración.
Gracias, Señor,
porque sé que ya estás obrando,
porque en Ti no hay imposibles,
y porque en tu tiempo perfecto
todo será restaurado.
Te alabo y te bendigo,
hoy y siempre,
en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario