Oración para Bendecir la Mesa y los Alimentos

Oración para Bendecir la Mesa y los Alimentos

Señor Dios todopoderoso y eterno, fuente inagotable de amor y bondad, nos postramos ante Ti en este momento sagrado, reconociendo Tu infinita misericordia y agradeciendo de todo corazón por los dones que, con generosidad inigualable, nos concedes día tras día. Hoy, reunidos en torno a esta mesa, elevamos nuestras almas hacia Tu divina presencia para implorar Tu bendición sobre los alimentos que, por Tu gracia, vamos a compartir.​

Padre celestial, en Tu sabiduría infinita has dispuesto la creación de la tierra fértil, de los mares abundantes y de los cielos generosos, proveyéndonos así de todo lo necesario para nuestro sustento y bienestar. Te alabamos y glorificamos por la diversidad de frutos, granos y criaturas que nos brindas, reflejo palpable de Tu amor sin límites y de Tu constante cuidado por cada uno de nosotros.​

Señor Jesús, Tú que compartiste la mesa con tus discípulos y con tantos otros durante Tu ministerio terrenal, enseñándonos el valor de la comunión, la fraternidad y el servicio desinteresado, te pedimos que nos concedas la gracia de imitar Tu ejemplo. Que, al participar de estos alimentos, recordemos siempre la importancia de compartir no solo el pan material, sino también el pan espiritual del amor, la comprensión y la solidaridad con nuestros hermanos, especialmente con aquellos que más lo necesitan.​

Espíritu Santo, fuente de luz y verdad, ilumina nuestras mentes y corazones para que, al recibir estos dones, seamos conscientes de la responsabilidad que conlleva el ser bendecidos con abundancia. Inspíranos a ser administradores fieles y generosos de los bienes que hemos recibido, utilizando nuestras fuerzas y recursos para aliviar el sufrimiento de los menos afortunados y para construir un mundo más justo y fraterno.

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Te rogamos, Señor, que bendigas a quienes han trabajado arduamente para que estos alimentos lleguen a nuestra mesa: a los agricultores que, con esfuerzo y dedicación, cultivan la tierra; a los pescadores que desafían las aguas para proveernos del fruto del mar; a los ganaderos que cuidan del rebaño; a los transportistas que facilitan la distribución de los productos; y a todos aquellos que, de diversas maneras, contribuyen a nuestra alimentación diaria. Concédeles, Señor, salud, fortaleza y prosperidad en sus labores, y que siempre sientan Tu presencia y guía en sus vidas.​

Padre misericordioso, no queremos olvidar a nuestros hermanos y hermanas que, en este momento, carecen de lo esencial para vivir dignamente. Te pedimos por aquellos que sufren hambre y sed, por los que no tienen un techo bajo el cual refugiarse, por los enfermos y los solitarios. Toca, Señor, el corazón de quienes tienen en sus manos la posibilidad de cambiar estas realidades, y muévenos a todos a ser instrumentos de Tu amor y compasión en el mundo.​

Al sentarnos a esta mesa, Señor, te pedimos que bendigas no solo los alimentos que vamos a recibir, sino también nuestras conversaciones y momentos compartidos. Que este espacio sea un lugar de encuentro sincero, donde reine la paz, la alegría y el entendimiento mutuo. Ayúdanos a fortalecer nuestros lazos familiares y de amistad, y a ser reflejo de Tu amor en nuestras relaciones cotidianas.​

Te agradecemos, Señor, por la salud que nos permite disfrutar de estos alimentos, por el hogar que nos acoge y por la compañía de nuestros seres queridos. Reconocemos que todo lo bueno proviene de Ti y que, sin Tu gracia, nada somos ni nada podemos. Por ello, te entregamos nuestras vidas, nuestras alegrías y preocupaciones, confiando plenamente en Tu divina providencia.​

Que al alimentarnos, Señor, no solo nutras nuestros cuerpos, sino también nuestras almas, fortaleciéndonos para cumplir con fidelidad y entusiasmo la misión que nos has encomendado. Que seamos testigos vivos de Tu Evangelio, llevando esperanza, fe y caridad a todos los rincones donde nos lleves.​

Todo esto te lo pedimos, Padre amado, en el nombre de Tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios por los siglos de los siglos.​

Amén.