Señor Jesucristo, Salvador y Redentor nuestro, hoy acudimos a Ti con fe y humildad, clamando la fuerza y el poder de Tu Preciosísima Sangre. Sabemos que en Tu Sangre hay vida, hay sanación y hay redención. A través de Tu sacrificio en la cruz, derramaste hasta la última gota de Tu Sangre para nuestra salvación, para nuestra liberación y para nuestra sanación física, emocional y espiritual. Hoy, con corazones confiados, nos refugiamos en la protección de Tu Sangre Santísima y pedimos que nos cubras con ella, renovando nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma.
Oración
Oh Preciosa Sangre de Jesucristo, fuente inagotable de vida y esperanza, derramada por amor a la humanidad, hoy venimos a postrarnos ante Ti para suplicar Tu auxilio y Tu poder sanador. Te pedimos, oh Señor, que laves nuestras dolencias, que purifiques nuestros cuerpos de toda enfermedad y que restaures nuestra salud según Tu santa voluntad.
Señor, tú que caminaste entre los enfermos y los sanaste con el toque de Tu mano y con la fuerza de Tu palabra, ven en nuestro auxilio hoy. Riega con Tu Sangre bendita cada órgano de nuestro cuerpo, cada célula, cada tejido, cada sistema. Fortalécenos en medio de la debilidad, levántanos cuando el dolor nos abata y devuélvenos la salud para poder seguir sirviéndote y amándote con todo nuestro ser.
Sangre Poderosa de Cristo, sangre que brotaste de Su sagrado costado, te suplicamos que desciendas sobre nosotros como un río de misericordia, que nos limpies de toda dolencia y que selles nuestro cuerpo contra toda enfermedad. Refugia en Tu Sagrado Corazón a todos los que hoy padecen dolor, sufrimiento, ansiedad o angustia por su estado de salud. Confiamos en que para Ti no hay nada imposible, pues tú eres el Dios de la vida y el Señor de la salud.
Te pedimos especialmente por aquellos que enfrentan enfermedades crónicas, por quienes están hospitalizados, por los que han perdido la esperanza en su curación y por los médicos y enfermeros que trabajan incansablemente para aliviar el dolor de los enfermos. Derrama sobre ellos la luz de Tu Espíritu Santo, fortalécelos en su misión y llénalos de amor y compasión.
Oh Sangre de Cristo, sella nuestros hogares, nuestras familias y nuestros corazones. Protégenos de todo mal, de toda acechanza del enemigo y de toda enfermedad. Que en Ti encontremos refugio y paz, que bajo Tu manto de amor podamos descansar seguros.
Señor, en Tus manos ponemos nuestras vidas, nuestra salud y nuestro ser entero. Si es Tu voluntad que pasemos por la prueba del dolor, dános la fortaleza para sobrellevarla con fe y esperanza, pero si es Tu deseo regalarnos la sanación, recibe nuestra eterna gratitud y haznos testigos de Tu poder y de Tu gloria.
Nos refugiamos en Ti, Sangre Preciosa de Cristo, con la certeza de que nunca abandonas a los que en Ti confían. Amén.
Jaculatorias para repetir durante el día
Sangre de Cristo, riega mi cuerpo y mi alma, y concédeme salud y paz.
Oh Preciosa Sangre de Jesús, sáname y fortaléceme según Tu voluntad.
Sangre de Cristo, lávame, purifícame y renuévame.
Oh Sangre derramada por amor, sella mi vida y mi corazón.
En la Sangre de Cristo encuentro sanación, liberación y vida eterna.
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