Mensaje para quienes consideran la vocación al Diaconado Permanente

 

Mensaje para quienes consideran la vocación al diaconado permanente

Querido hermano en Cristo,

Si sientes en tu corazón el llamado al diaconado permanente, permíteme decirte que estás ante un camino de gracia, entrega y servicio, una vocación hermosa que te configurará con Cristo Siervo y te hará un instrumento de amor en la Iglesia.

El diaconado no es un honor ni un estatus dentro de la comunidad, sino una vocación de servicio humilde y generoso. Ser diácono significa seguir el ejemplo de Jesús, quien "no vino a ser servido, sino a servir" (Mateo 20, 28). Te invito a reflexionar sobre estos aspectos fundamentales de tu posible vocación:

1. Escucha atentamente el llamado de Dios: No tengas miedo de discernir. Dedica tiempo a la oración y pide a Dios claridad en este camino.

2. Profundiza tu vida espiritual: La vocación diaconal requiere una relación sólida con Cristo a través de la oración, la Eucaristía y la Palabra de Dios.

3. Ama y sirve con humildad: El diácono es el servidor por excelencia, llamado a estar cerca de los pobres, los enfermos, los encarcelados y todos los que sufren.

4. Vive con alegría el Evangelio: Un diácono debe ser un testigo vivo del amor de Dios, transmitiendo esperanza en cada acción.

5. Confía en la Iglesia y en su formación: El proceso de discernimiento y formación es un regalo que te preparará para asumir esta vocación con madurez y entrega.

6. Si eres casado, involucra a tu familia: La vocación diaconal debe ser apoyada por el hogar. Comparte tu llamado con tu esposa e hijos y hazlos parte de tu camino.

Si Dios te llama, Él mismo te dará la gracia para responder con fidelidad. No tengas miedo de decir "sí" al servicio en la Iglesia. El mundo necesita testigos del amor de Cristo, y tú puedes ser uno de ellos.

Reza, confía y entrégate con generosidad. Si este es tu camino, Dios te guiará.

¡Ánimo y que el Espíritu Santo ilumine tu discernimiento! 🙏✨