En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Glorioso San Rafael Arcángel, mensajero de Dios y protector de los enfermos, hoy me dirijo a ti con fe y esperanza, suplicando tu poderosa intercesión ante el trono de la Divina Misericordia. Tú que fuiste enviado por el Señor como sanador de cuerpos y almas, te ruego que escuches nuestra oración por [nombre del enfermo], quien se encuentra atravesando momentos de gran dolor y enfermedad.
Oh, San Rafael, tú que acompañaste y curaste a Tobías en su travesía, concede tu presencia sanadora a [nombre del enfermo], para que sienta tu protección en cada instante de su lucha. Pon tus manos celestiales sobre él/ella, infunde paz en su corazón, fuerza en su cuerpo y esperanza en su espíritu. Que tu luz divina lo/la envuelva, alejando toda enfermedad, dolor y angustia.
Queridos hermanos, les invitamos a dejar sus peticiones en los comentarios para que juntos podamos orar por cada una de sus intenciones. Recordemos que en la oración unida está la fuerza y Jesús escucha nuestras súplicas cuando nos reunimos en su nombre.
Te pedimos, arcángel bendito, que intercedas ante Dios nuestro Padre, para que, si es su santa voluntad, conceda la sanación completa a [nombre del enfermo]. En este tiempo de incertidumbre y sufrimiento, te rogamos que le des la serenidad necesaria para aceptar los designios divinos, pero también la fortaleza para luchar con fe y perseverancia, confiando en el poder de Dios y en tu intercesión amorosa.
San Rafael, guardián de los enfermos, te pedimos que te hagas presente en este momento de tribulación. Protege a [nombre del enfermo] de todo mal físico y espiritual, aleja de su vida cualquier ataque del enemigo que quiera debilitar su fe o sembrar dudas en su corazón. Que, a través de tu intercesión, pueda sentir el consuelo y la paz que solo Dios puede dar en medio del dolor.
Te rogamos también por los médicos, enfermeros y todo el personal de salud que cuida de él/ella. Que sus manos sean guiadas por la sabiduría del Señor, y que cada tratamiento y atención que reciba sea instrumento del poder sanador de Dios. Ilumina sus mentes, para que tomen las mejores decisiones, y fortalece sus corazones para que cuiden con amor y compasión.
San Rafael, príncipe de la corte celestial, tú que estás siempre cerca de Dios, conoce la fragilidad de nuestro cuerpo y las pruebas que atravesamos en esta vida. Por eso, hoy nos unimos a ti en oración, pidiendo con todo nuestro corazón que presentes nuestras súplicas ante el Señor. Que Él, en su infinita misericordia, mire con bondad a [nombre del enfermo] y le conceda la gracia de la salud.
Pero si los planes divinos son otros, te pedimos que le concedas la gracia de aceptar con serenidad su situación y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, inunde su alma. Que, en cada instante de su vida, pueda sentir el amor incondicional del Padre, la presencia sanadora de Cristo y el consuelo del Espíritu Santo.
Glorioso arcángel, te pedimos que no solo cures el cuerpo de [nombre del enfermo], sino también su alma. Si hay alguna herida espiritual, alguna carga emocional o algún pecado que pese en su corazón, te pedimos que intercedas por él/ella, para que pueda experimentar el perdón y la paz que vienen de Dios. Que, así como Tobías fue liberado de su ceguera, [nombre del enfermo] sea liberado de toda oscuridad y reciba la luz de Cristo en su vida.
Oh San Rafael, te pedimos que acompañes a sus familiares y seres queridos en este difícil momento. Que puedan encontrar en ti un refugio de esperanza y que, a través de la fe, sientan la paz de saber que Dios está en control de todas las cosas. Consuela sus corazones y fortalécelos en este tiempo de prueba, para que no pierdan la confianza en el Señor.
Te damos gracias, San Rafael, por escuchar nuestra oración y por interceder por nosotros ante Dios. Confiamos en que tu presencia sanadora está con [nombre del enfermo] y que, a través de ti, se manifestará la misericordia de Dios en su vida. Que sea su voluntad, Señor, la que se cumpla, y que, pase lo que pase, podamos siempre glorificar tu santo nombre.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Gracias por acompañarnos en esta oración. Si te ha tocado el corazón, te invitamos a bendecirnos con un "me gusta" y a seguir orando por la salud de todos. En pantalla te dejamos una oración muy bonita para que sigamos unidos en fe.
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