Oh Virgen de Guadalupe, Madre amorosa y celestial, hoy elevo mi corazón hacia ti con profunda devoción y esperanza. Reconozco tu especial conexión con nuestro Señor Jesucristo, y en este momento de oración, me acerco a ti con la firme convicción de que tu intercesión puede alcanzar los oídos amorosos de tu Hijo.
Virgen Santa, tú que te dignaste aparecer en el Tepeyac como un signo de amor y consuelo, te imploro humildemente que pongas tu mirada compasiva sobre mí. Tú, que eres la Madre de la Salud, sé mi mediadora ante Jesús, quien es la fuente de toda curación y redención.
Encomiendo a tus manos maternales mi salud, que es un regalo divino. Tú conoces cada parte de mi ser, cada dolor y preocupación que carga mi cuerpo. Virgen de Guadalupe, extiende tu manto protector sobre mí, aleja toda enfermedad y fortalece mi cuerpo para que pueda servir a Dios con plenitud y gozo.
Reina del Cielo, modelo de humildad y entrega, enséñame a aceptar mi situación con serenidad y confianza en la voluntad divina. Que mi sufrimiento, unido al de Cristo, tenga un significado redentor. Concédele a mi corazón la paciencia y la fortaleza necesarias para atravesar este tiempo de prueba.
Oh Virgen Morena, Tú que eres consuelo de los afligidos, acudo a ti como un hijo necesitado de consuelo. Sé tú mi refugio en medio de la tormenta, mi consuelo en la aflicción. Que tu presencia maternal disipe cualquier miedo o ansiedad que pueda perturbar mi espíritu.
Intercede, oh Madre querida, ante tu Hijo Jesucristo, Médico divino. Pídele que derrame sobre mí su gracia sanadora, que toque cada parte de mi ser con su mano curativa. Que su luz divina ilumine la oscuridad de mi enfermedad y restaure la salud en mi cuerpo, mente y espíritu.
Virgen de Guadalupe, Estrella de la Nueva Evangelización, guía a aquellos que están a cargo de mi atención médica. Ilumina sus mentes y dales sabiduría para tomar decisiones informadas. Que sean instrumentos de la providencia divina, trabajando para mi bienestar con compasión y habilidad.
Madre Santísima, te encomiendo no solo mi salud física, sino también mi salud espiritual. Ayúdame a crecer en la fe a través de esta prueba, a confiar en la misericordia de Dios y a encontrar consuelo en la oración.
Oh Virgen de Guadalupe, te suplico que, si es la voluntad de Dios, mi salud sea restaurada para que pueda seguir sirviendo a mi familia, a la comunidad y, sobre todo, a Dios. Que mi vida sea un testimonio de la gracia y la misericordia divina.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, confidentes de tu amor y protección. Gracias, Virgen de Guadalupe, por escuchar mis súplicas y por ser mi guía y auxilio en todo momento. Amén.


No hay comentarios.:
Publicar un comentario