Oración a San Miguel Arcángel por la Protección y Bendición de los Hijos
¡Oh glorioso San Miguel Arcángel,
príncipe de la milicia celestial,
defensor del pueblo de Dios,
fiel servidor del Altísimo!
Hoy acudo ante ti con humildad y confianza,
trayendo en mi corazón el mayor tesoro que Dios me ha concedido:
mis hijos, aquellos a quienes el Señor ha puesto bajo mi cuidado
para guiarlos por el sendero del bien y de la verdad.
San Miguel bendito, valiente guerrero de la luz,
te ruego que extiendas tu espada poderosa sobre mis hijos,
protegiéndolos de todo mal,
de las asechanzas del enemigo,
de los peligros visibles e invisibles que acechan sus vidas.
Encomiendo a ti sus almas,
para que siempre permanezcan fieles a la voluntad de Dios,
para que su fe sea firme y su amor por Cristo inquebrantable.
Líbralos de las dudas que el mundo pueda sembrar en sus corazones,
de las mentiras que los apartan de la verdad,
y de las tentaciones que quieren alejarlos del camino de la salvación.
San Miguel Arcángel,
te ruego que los guardes en su niñez,
que su inocencia sea protegida y su alegría no sea arrebatada.
Dales amigos buenos,
corazones generosos,
y una mente dispuesta a aprender lo que es bueno y justo.
Cuando lleguen a la juventud,
sé su guía y fortaleza.
Defiéndelos de las malas compañías,
de las influencias que corrompen,
de la desesperanza y la confusión.
Ayúdalos a elegir lo correcto,
a buscar siempre la verdad,
y a no avergonzarse de proclamar su fe en Cristo.
Si en algún momento tropiezan o se alejan,
te pido que, con la luz de Dios,
les muestres el camino de regreso al Padre.
Que nunca se sientan solos ni abandonados,
sino que en su corazón siempre haya una chispa de esperanza
que los guíe de vuelta a los brazos amorosos de Dios.
Oh, poderoso San Miguel,
líder de los ejércitos celestiales,
protege su cuerpo, alma y espíritu.
Defiéndelos en cada momento de su vida,
en la escuela, en el hogar, en sus trabajos,
en cada paso que den y en cada decisión que tomen.
No permitas que el enemigo los toque,
ni que el pecado se adueñe de sus corazones.
Bendice sus mentes,
para que siempre busquen el conocimiento que los acerque a Dios.
Bendice sus labios,
para que hablen con verdad y amor.
Bendice sus manos,
para que trabajen con honestidad y generosidad.
Bendice sus corazones,
para que sean misericordiosos y llenos de compasión.
San Miguel Arcángel,
te suplico que los acompañes en cada paso de su vida.
Cuando enfrenten miedos y dificultades,
dales la valentía que tú mostraste en la batalla contra el maligno.
Cuando sientan que la vida les pesa,
dales la fortaleza que viene de Dios.
Cuando duden de su propósito,
recuérdales que son amados y llamados a la santidad.
Y cuando llegue el día en que deban partir de este mundo,
intercede por ellos para que sean recibidos en el Reino Celestial,
donde junto a ti y todos los santos,
puedan gozar de la presencia eterna de Dios.
Oh glorioso San Miguel,
bajo tu amparo dejo a mis hijos.
Que sean bendecidos, protegidos y guiados siempre.
Y que sus vidas sean reflejo del amor de Dios en el mundo.
Amén.
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