Amado Jesús, Hoy vengo ante Ti con un corazón lleno de fe, esperanza y amor, elevando esta oración con toda la fuerza de mi alma, clamando por la poderosa protección de tu preciosísima Sangre sobre mis hijos. Tú, que en tu infinito amor te entregaste en la cruz por nuestra salvación, que derramaste cada gota de tu Sangre para redimirnos, hoy te pido que cubras con ese manto sagrado a mis hijos, a quienes me has confiado como el mayor regalo de mi vida.
Señor Jesús, invoco tu Sangre preciosa sobre cada uno de ellos. Cúbrelos desde la cabeza hasta los pies, sella sus mentes para que estén llenas de pensamientos de paz, bondad y verdad. Protege sus ojos, para que solo vean lo que es puro y digno de Ti. Sella sus oídos, para que no sean confundidos por palabras engañosas, y guarda sus labios, para que siempre hablen con amor y sabiduría.
Declaro, Señor, que tu Sangre poderosa rompe toda cadena que pueda atarlos, disipa toda sombra de maldad y aleja toda influencia que quiera dañarlos. Declaro que tus ángeles los rodean en este momento, formando un muro de fuego que ningún enemigo puede atravesar. Aleja de sus vidas la envidia, la tentación, la enfermedad y todo peligro, visible o invisible, que quiera apartarlos de tu plan perfecto.
Jesús amado, te pido que tu Sangre sagrada proteja su presente y su futuro. Que cubra cada paso que den, cada decisión que tomen, y cada lugar donde se encuentren. Que ningún mal toque sus vidas y que, dondequiera que vayan, sientan tu presencia como un escudo inquebrantable.
Sello con tu Sangre sus hogares, sus estudios, sus amistades y sus sueños. Sello sus corazones para que siempre ardan con el fuego de tu amor y nunca se enfríen ante las dificultades de la vida. Que en los momentos de incertidumbre, puedan encontrar en Ti su refugio y fortaleza.
Señor Jesús, pongo en tus manos las preocupaciones que a veces pesan sobre mi corazón como madre/padre. Tú conoces mis temores y mis anhelos, y sé que los cuidas con más amor del que yo jamás podría ofrecerles. Dame la paz de confiar plenamente en que tus promesas son fieles, y que tu Sangre preciosa los protege de todo lo que yo no puedo ver o controlar.
Espíritu Santo, ven sobre mis hijos y llena sus corazones con tus dones. Dales sabiduría para discernir el bien del mal, fortaleza para enfrentar las pruebas de la vida y fe para caminar siempre de la mano de Jesús. Que sean luz en medio de la oscuridad, testigos vivos del amor de Dios en este mundo.
Hoy, Señor, clamo con todo mi ser: ¡Cúbrelos con tu Sangre preciosa! Declaro en tu nombre que ninguna arma forjada contra ellos prosperará, que ningún enemigo tendrá poder sobre sus vidas y que caminarán bajo la protección divina de tu Sangre redentora todos los días de su vida.
Gracias, amado Jesús, por escuchar esta súplica. Gracias por tu Sangre poderosa que nos protege, nos sana y nos libera. Hoy descanso en la certeza de que mis hijos están bajo tu cuidado eterno, y confío en que en Ti siempre encontrarán paz, propósito y plenitud.
A Ti, Señor, sea toda la gloria y el honor por los siglos de los siglos.
Amén. 🙌✨
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