Consagración al Sagrado Corazón de Jesús
Sagrado Corazón de Jesús, me consagro a Ti en este momento. Te entrego mi corazón, mi alma, mis pensamientos y mis acciones. Que cada latido de mi corazón sea para adorarte, cada pensamiento para amarte y cada acción para servirte.
Permíteme, Jesús, vivir siempre bajo la luz de tu amor. Que tu Corazón sea mi refugio en momentos de angustia, mi fortaleza en la debilidad y mi guía en la oscuridad. Me consagro a Ti con la plena confianza de que en tu Corazón encuentro todo lo que necesito.
Haz de mí un instrumento de tu paz y de tu amor. Que mi vida sea un reflejo de tu misericordia y que siempre busque hacer tu voluntad. Amén.
Consagración al Sagrado Corazón de Jesús
Amado Jesús, Señor y Redentor nuestro, hoy me presento ante Ti con el corazón humilde y lleno de confianza para consagrarme completamente a tu Sagrado Corazón. Reconozco en tu Corazón la fuente inagotable de amor, misericordia y vida eterna, y anhelo que cada latido de mi vida esté en perfecta sintonía con el tuyo.
Oh Sagrado Corazón, ardiente de amor por la humanidad, yo (mencionar nombre) me entrego a Ti sin reservas. Pongo en tu Corazón divino todas mis acciones, pensamientos, alegrías y sufrimientos, para que sean transformados y purificados por tu gracia. Que mi vida sea un reflejo vivo de tu amor, llevando consuelo y esperanza a quienes más lo necesitan.
Te consagro, Señor, mi familia, mi hogar, mi trabajo y mis proyectos. Que cada rincón de mi vida esté impregnado de tu presencia amorosa. Te entrego mis preocupaciones, mis debilidades y mis miedos, sabiendo que en tu Corazón encontraré refugio y fortaleza.
Amado Jesús, dame un corazón semejante al tuyo: manso, humilde, lleno de bondad y dispuesto al sacrificio. Haz que nunca me desvíe de tu camino y que, a pesar de las tribulaciones, siempre permanezca firme en la fe.
Sagrado Corazón de Jesús, fuente de toda misericordia, te pido que sanes mis heridas y me purifiques de todo lo que me aleje de Ti. Enséñame a perdonar, a amar sin condiciones y a servir con generosidad. Que mi vida sea un testimonio vivo de tu Evangelio y que, a través de mis actos, otros puedan conocerte y amarte.
En esta consagración, renuevo mis promesas bautismales y rechazo todo aquello que no provenga de tu voluntad. Que tu Espíritu Santo me guíe, me ilumine y me fortalezca cada día, para que mi vida sea un continuo himno de alabanza a tu Sagrado Corazón.
Oh Jesús, Rey y Señor de mi vida, haz de mi corazón tu morada permanente. Que tu amor sea mi escudo, tu misericordia mi refugio y tu paz mi herencia eterna.
Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario