Hablemos un poco sobre esta Venerable Mujer:

Santa Clara de Asís, una figura venerada en la tradición católica, dejó una huella indeleble en la historia de la Iglesia. Nacida en 1194 en Asís, Italia, con el nombre de Clara Offreduccio, su vida estuvo marcada por la devoción, la humildad y el servicio desinteresado a Dios. Su devoción a San Francisco de Asís, fundador de la Orden Franciscana, la llevó a una profunda vida de pobreza y servicio a los menos afortunados

Desde temprana edad, Clara mostró una inclinación hacia la espiritualidad. A pesar de la oposición de su familia, que deseaba casarla con un noble, Clara eligió seguir el camino de la santidad propuesto por San Francisco. En la noche del Domingo de Ramos en 1212, Clara huyó de su casa y buscó refugio en la Porciúncula, donde San Francisco la recibió y le cortó el cabello como símbolo de su consagración a Dios.

A lo largo de los años, Clara lideró la comunidad de monjas que ella misma fundó, conocida como las Clarisas. Su vida en el monasterio de San Damián se caracterizó por la austeridad, la oración constante y la dedicación al Evangelio. Clara se convirtió en un faro de luz espiritual, atrayendo a mujeres de diversas clases sociales para unirse a su vida de oración y servicio.

Oración a Santa Clara de Asís

Oh Santa Clara de Asís, radiante estrella en el firmamento de la santidad, tu vida fue un testimonio vivo de amor incondicional por Dios y servicio a los más necesitados. En tu juventud, abandonaste las riquezas terrenales para abrazar la riqueza de la pobreza evangélica, siguiendo los pasos de tu amado San Francisco. Como fundadora de las Clarisas, guiaste a tus hermanas hacia una vida de oración, contemplación y entrega total al Señor.

Tu devoción a la Eucaristía era evidente en cada acto de adoración y en cada momento de tu día. Tu corazón ardía con el fuego del amor divino, y tu ejemplo inspira a generaciones enteras a buscar a Dios con un corazón sincero y humilde.

Oh Santa Clara, intercesora valiente, recuerda nuestras necesidades y presta oídos a nuestras oraciones. En los momentos de oscuridad, sé nuestra luz; en la soledad, sé nuestra compañía; y en la enfermedad, sé nuestra curación. Que tu amor por el Señor sea un faro que guíe nuestros pasos en la senda de la santidad.

Contemplando tu vida, aprendemos la importancia de la confianza en la providencia divina. En medio de las dificultades y desafíos, confiaste plenamente en el amor y la misericordia de Dios. Oh Santa Clara, enséñanos a confiar así, a abandonarnos a la voluntad del Padre celestial con la misma entrega y paz que caracterizó tu vida.

Tu amor por la Creación y todas las criaturas nos inspira a cuidar y respetar el mundo que Dios nos ha confiado. Que podamos aprender de ti a ver la belleza de la creación como un reflejo del Creador y a ser mayordomos responsables de este regalo divino.

Oh Santa Clara, amiga de los pobres y desfavorecidos, ruega por nosotros ante el trono de la gracia. Que podamos seguir tu ejemplo de amor desinteresado y servicio a los demás, especialmente a aquellos que sufren. Que nuestras vidas sean un testimonio vivo del Evangelio, como la tuya, dedicadas por completo al servicio de Dios y de nuestros hermanos y hermanas en Cristo.

Amada Santa Clara de Asís, ruega por nosotros, para que podamos vivir con la misma pasión y fervor que marcó tu vida. Que encontremos en ti una guía y una inspiración constante en nuestro viaje de fe. Amen.