Introducción:
La Ascensión del Señor marca un momento trascendental en la fe cristiana, cuando Jesucristo, después de su resurrección, ascendió al cielo en presencia de sus discípulos. Este evento celestial lleva consigo un mensaje profundo de esperanza, prometiendo la continua presencia de Cristo en nuestras vidas y la promesa de su retorno. En esta entrada, exploraremos la Ascensión del Señor y nos uniremos en oración para reflexionar sobre su significado eterno y renovar nuestra fe en la presencia constante de Cristo en nuestras vidas.
Ascensión del Señor: La Promesa de su Continua Presencia:
La Ascensión, registrada en el Libro de los Hechos, es el culmen de la obra redentora de Jesucristo en la tierra. Al ascender al cielo, Jesús no solo cumplió la promesa de enviar al Espíritu Santo, sino que también anunció su continua intercesión y cuidado por sus seguidores. Esta verdad consuela y fortalece a la comunidad cristiana a lo largo de los siglos, recordándonos que, aunque no lo veamos físicamente, Cristo está siempre con nosotros.
Oración Católica por la Ascensión del Señor:
"Oh Dios, Padre celestial, en este día especial de la Ascensión del Señor, nos reunimos en oración y gratitud por el glorioso regreso de tu Hijo al cielo. Aunque ascendió físicamente, sabemos que su presencia y amor están con nosotros en todo momento.
Señor Jesús, en este día recordamos el momento en que ascendiste a la gloria celestial. Te agradecemos por la esperanza que esta verdad eterna nos ofrece: que, aunque estás en el cielo, estás también presente en nuestras vidas diarias. Fortalécenos con esta verdad y concédenos la gracia de vivir de acuerdo con la realidad de tu continua intercesión por nosotros.
Te pedimos, Señor, que nos ayudes a elevar nuestros corazones hacia las cosas del cielo. Que, al reflexionar sobre tu Ascensión, podamos desear las realidades eternas más que las cosas temporales de este mundo. Que podamos, como tus discípulos, llevar adelante tu misión en la tierra con la confianza de que tú estás con nosotros todos los días hasta el fin del tiempo.
Espíritu Santo, fuente de consuelo y fortaleza, desciende sobre nosotros en este día. Que podamos experimentar tu presencia en nuestras vidas de maneras renovadas. Que, al seguir las inspiraciones de tu gracia, podamos ser testigos valientes de la verdad de la Ascensión y llevar la luz del Evangelio a aquellos que nos rodean.
Bendito Señor, al mirar hacia arriba en este día de la Ascensión, renovamos nuestra esperanza en tu regreso. Marana tha, ven Señor Jesús. Que nuestra vida refleje la alegría de esperar tu retorno y vivir en anticipación de la gloria eterna que nos espera. Amén.
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